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Crisis y ePub

Primero, aletargado por la aguda crisis del sector que, entre otros males, impide que una obra pueda ser objeto de comercialización más allá del lugar de publicación, pues no hay distribuidores para las escasas librerías que quedan; luego, desconcertado con el gobierno federal y las estentóreas e irresponsables declaraciones de titular del FCE, que en vez de esperanza colmó de incertidumbre; y, ahora, pasmado, en medio de una crisis por los recortes a los presupuestos de los centros de investigación como resultado de la política de austeridad, el endeble y precario mundo del libro de México está a punto de la debacle.

Los recortes federales a los centros de investigación afectan directamente el ejercicio de la docencia, la investigación y las publicaciones. En este último rubro el impacto es muy sensible para los profesionales que prestan servicios a las instituciones y que forman parte activa del mundo editorial, pues la mayoría están vinculados a otras empresas o proyectos independientes, despachos de diseño o talleres de impresión.

Como en todas las dificultades, el punto de inflexión representa la posibilidad para el cambio. La crisis impide recomponer la red de librerías que algunos añoran todavía, y no veo más opción para el sector del libro universitario y de divulgación científica que la apuesta decidida por el libro electrónico. Sin embargo, una de las primeras acciones para académicos y directivos sería la sensibilización en el conocimiento de los ebooks, pues todavía existe la idea de que colgar un PDF para descarga en la web es sinónimo de distribución. Suelo comparar los PDF con las tablillas sumerias para ejemplificar las diferencias entre un pétreo PDF con un líquido ePub, que está pensado para ajustarse a las necesidades de quien lee, sobre todo en tamaño y estilo de las letras.

Conozco a académicos universitarios que no conciben que el libro electrónico cambie su apariencia a gusto de quien lee… y me han contado sobre quejas de “desconfiguración”, debido a que alguien en clase y con libro de papel en mano pedía a los alumnos con tabletas y lectores ir a la página tal de la versión electrónica del mismo libro. Petición absurda e infructuosa, por supuesto.

@LibracoFP

JJ/I