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Desfiguro y realidad

En coincidencia con la circulación de una fotografía del ex presidente Enrique Peña Nieto cenando con su nueva pareja en Nueva York, exhibiendo la buena vida que lleva, el gobierno federal dio a conocer el estado de las cosas con el Programa Nacional de Reconstrucción, a dos años de los sismos de 2017.

Mientras al presidente se le ve con una peluca y gorra, tal vez por discreción, tal vez por cinismo, en México se mostraron sin maquillaje cifras escalofriantes, detrás de las cuales hay miles de personas a las que se dejó en el desamparo y a su suerte tras perderlo todo con los terremotos. En el año que le restaba a su sexenio fue mínimo el avance en la reconstrucción, tan mínimo que lo inflaron.

El secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer Falcón, desglosa las construcciones dañadas: 186 mil 526 viviendas, 19 mil 198 escuelas, 2 mil 340 edificios, 297 centros de salud y hospitales y más de 700 municipios con declaratoria de desastre.

Aunque esta vez no hubo la mención directa de que les dejaron un cochinero, el funcionario sí puntualizó que por la imprecisión de datos tuvieron que realizar una encuesta a casi 3 mil familias afectadas y se levantó muestreo en 114 municipios.

Los resultados fueron que el avance registró 21 por ciento en viviendas reconstruidas, en lugar de 29 por ciento reportado por la pasada administración.

En Guerrero y Morelos encontraron un mayor número de viviendas reconstruidas, pero la mayoría de las familias hicieron uso de sus propios recursos, mientras que en Chiapas, Morelos y Guerrero, la mayoría de las familias afectadas recibieron incompletos sus apoyos. Lo peor está en casos como en Chiapas, uno de los estados más golpeados y aun así una de cada tres familias jamás recibió recursos.

Meyer Falcón puntualiza que no había programa con objetivos y metas claras, ni mecanismos de operación; tampoco había números certeros para conocer la magnitud del desastre y fue escaso y tardío el acompañamiento técnico en la reconstrucción de viviendas afectadas.

Aunque el funcionario reporta que no hay estimado en la desviación de recursos, si no se están encaminando a determinarlo, deberían y junto con ello fincar responsabilidades. Por lo pronto, entregaron a la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación las irregularidades detectadas.

El actual gobierno casi casi volvió a empezar para echar para adelante el Programa Nacional de Reconstrucción tan pomposamente anunciado en el sexenio anterior. Se instalaron mesas técnicas estatales y ahora dicen que se garantizan los derechos humanos a la vivienda, educación, salud y cultura, de los afectados, así como el derecho a la información y la participación.

La transparencia y rendición de cuentas es un punto al que ponen especial énfasis, a través de la conformación de contralorías sociales, con participación de más de 23 mil personas. Además, la información relacionada con la reconstrucción se podrá consultar en la plataforma digital www.reconstruyendoesperanza.gob.mx.

El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó previo a la conmemoración de los lamentables hechos que cobraron cientos de víctimas, que el compromiso es concluir al 100 por ciento el Programa Nacional de Reconstrucción. Estimó que en 2020 habrán terminado con viviendas y en 2021 con edificios y hospitales.

No habrá limitante presupuestal, según el mandatario. Al menos este año se destinaron a Ciudad de México 4 mil millones de pesos; a Puebla, 150 millones, y a Chiapas, 125.

Hace dos años se escuchaba el clamor de la gente que rodeaba a Peña Nieto en sus recorridos por municipios afectados: “No nos abandonen”, le pedían. Según lo que se sabe ahora es que ese temor se hizo realidad y fueron miles los que quedaron abandonados.

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JJ/I