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Quinto Patio

La ausencia de millones de mujeres, por el paro nacional que organizaron, dejó sentir su fuerza. Su silencio fue un grito que traspasó muchos oídos. Su no presencia fue una constatación de la enorme falta que hacen al país. Víctimas de violencia, víctimas de la impunidad, víctimas del patriarcado que permea sus días, dejaron atrás el papel de víctimas para ejercer su poder y que se palpara la dimensión, con demandas concretas, justas e históricas. En bancos, en el transporte, en dependencias gubernamentales, en comercios, en todos lados, que no estuvieran, sacudió a México. El país tembló.

El paro nacional que organizaron se hizo notar en distintos espacios; por ejemplo, como un botón de muestra, en el educativo. Para tener una idea de la magnitud, anotemos que la Secretaría de Educación Jalisco reportó que 95 por ciento de la plantilla docente femenina no acudió a laborar, así como igual porcentaje de ausentismo por parte de alumnas y alumnos fue el que registró. En la Universidad de Guadalajara la cifra de las que no acudieron a ascendió a casi 158 mil mujeres estudiantes, 7 mil 315 académicas y 5 mil 615 administrativas. Pero esto va más allá de cifras. Y ellas lo saben.

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Por diversas irregularidades y la carencia de medicamentos, el Colectivo de Jubilados y Pensionados de Jalisco exigió la renuncia del titular del Instituto de Pensiones del Estado (Ipejal), Iván Argüelles. José Luis Tinoco Mangas, miembro de la agrupación, reprochó que mientras unas cuantas personas reciben cuantiosas cifras en pensión, hay muuuuuchos jubilados que reciben lo mínimo. Llegan a la tercera edad, tras una vida de trabajo, desamparados.

El caso de la ex diputada y ex regidora Elisa Ayón, que recibirá 108 mil pesos mensuales de pensión, enerva (en su acepción de irrita, según la RAE) a los jubilados y pensionados del instituto que les paguen pinchurrientas cantidades, en tanto una élite goza de altísimos ingresos, gracias a las reformas a la ley que promovieron diputados, entre ellos panistas (uno de ellos, ¿adivinen quién?), en tiempos de Emilio González Márquez.

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Siendo una organización chiquita, el Sindicato Nacional Libre de los Trabajadores del Seguro Social se queja de que ha sido desdeñado por directivos del IMSS. Los representantes sindicales en Jalisco creían que tendrían más cercanía con la nueva delegada, Edith Bermúdez, pero dicen que ni siquiera les abrió la puerta. Que en tiempos del anterior delegado, Marcelo Castillero, nunca habían sido tan ninguneados. Al menos aseguran que él les daba reconocimiento, según el secretario del sindicato Pedro Alejandro Carrillo.

También a nombre del sindicato se presentaron algunos trabajadores jaliscienses en la Ciudad de México para hablar con el director general Zoé Robledo, pero indican que no los recibieron. La organización señala que ya tuvo que iniciar algunas acciones legales para que oigan sus exigencias de dar un trato digno a los empleados. ¿Pos qué les cuesta, aunque sea, darles cubrebocas y guantes, dicen?

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Esposas, madres, hermanas, hijas con familiares desaparecidos se han organizado en decenas de colectivos. Y hacen lo que las autoridades no hacen o poco hacen: investigar y dar con quienes de pronto desaparecieron o los desaparecieron un día. Así han encontrado y excavado en fosas clandestinas y encontraron a personas de las que no se tenía rastro.

Pues bien, ayer llegó por primera vez a Jalisco la Brigada Nacional de Búsqueda en Vida. La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas les había prometido apoyo por 110 mil pesos para los traslados, pues provienen de diversas entidades. ¿Y qué creen que sucedió? ¡Exacto! ¡Adivinó! El dinero no llegó. Eso, obviamente, no detiene su búsqueda. Son de corazón poderoso.

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jl/I