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Pasados de maduros

(Foto: Cortesía)

No es la primera vez que un delantero goleador, veterano y con pasado americanista llega a Chivas.

Y es que además de cuestionarse que Oribe Peralta es un jugador muy identificado con las Águilas, lo cual no debe ser un factor para un eventual éxito, lo que está en duda es si el factor de la edad no jugará en contra dentro de sus objetivos trazados por cumplir con el Guadalajara.

En el pasado también hubo otras historias similares, cuyos fichajes se lograron en la recta final de sus carreras. Dichos atacantes fueron Ricardo Peláez y Carlos Hermosillo. Ambos surgidos de la cantera de las Águilas, campeones de liga y que más de una vez le cantaron sus goles a los rojiblancos.

Sin importar la animadversión que despertaron en su momento, el Guadalajara decidió contratarlos a los 35 años, a la misma edad que llega Oribe. Al final el tiempo los rebasó para confirmar que la decisión de contratarlos a tal edad fue tardía.

Peláez debutó con América en el Torneo Prode 85, y permaneció ahí dos años para después ser enviado al Necaxa, donde se convirtió en referente durante una década formando parte del equipo triunfador de los años 90. En el Invierno 97, el espigado atacante volvió al nido sólo para estar un año más, porque para el Invierno 98 finalmente Chivas logró contratarlo para integrar una delantera poderosa al lado de Luis García.

El primer torneo fue más que aceptable para Peláez, quien mostró que aún tenía mucho futbol para ofrecer, por lo que se convirtió en uno de los artífices para llegar a la Final que perdieron contra Necaxa.

En el Verano 99, en el último partido de la fase regular ante Atlante, el atacante se lesionó la rodilla derecha, un daño del cual nunca se recuperó, y a pesar de regresar un año después para jugar la Liguilla del Verano 2000 en la que fue clave para avanzar sobre Atlas en Cuartos de Final, en las Semifinales su pundonor no alcanzó para doblegar al Toluca.

Ricardo todavía haría una parte de la pretemporada de cara al Invierno 2000, pero en el trabajo de playa en Manzanillo el dolor no lo dejó entrenar al 100 por ciento y decidió retirarse. En total, Peláez anotó 16 goles.

Un año después, para el Verano 2001, llegó Hermosillo con 35 años cumplidos procedente del Atlante, pero muy identificado con América como protagonista de la Final de 1984 en la que él anotó un gol al Rebaño en el juego de Ida en el Jalisco; además, Carlos arribaba con la etiqueta del segundo mejor goleador mexicano de la historia.

Hermosillo sólo estuvo dos torneos cortos, y en el Invierno 2001 fue parte del equipo de Óscar Ruggeri que se mantuvo invicto 14 fechas. El histórico delantero, que se notaba lento en los partidos, incluso tenía la idea de alcanzar la marca de Cabinho (312 goles), pero únicamente pudo anotar ocho tantos en su breve estancia con Chivas para quedarse en 294.

NUMERALIA

35 Años es la edad a la que arribaron Peláez, Hermosillo, Borgetti y Peralta al Rebaño

294 Goles anotó Carlos Hermosillo en su carrera, ocho de éstos en Chivas

 

Sin gol

En el Torneo de Clausura 2009, Jared Borgetti, quien nunca jugó para América, llegó a Chivas con 35 años de edad. El delantero arribó como el tercer mejor goleador mexicano en la historia, pero en su paso por el Rebaño, con el que jugó un torneo de liga y Copa Libertadores, no anotó un solo gol

García, un caso aparte

Luis García Postigo no nació en el América, inclusive fue más referente de Pumas que fue el club que lo debutó, y fue dos veces campeón goleador y de liga.

Sin embargo, a su regreso de su aventura por España con el Atlético de Madrid y la Real Sociedad, fue contratado por las Águilas para integrar al equipo de lujo de Leo Beenhakker con Omam Biyik y Kalusha Bwalya. El llamado Niño Artillero permaneció en América de 1994 a 1997, y es recordado porque confesó que de niño su equipo favorito eran los azulcremas.

Del Invierno 97 al Verano 98, García jugó para el Atlante, y de ahí partió a Chivas, que a sus 29 años junto a Ricardo Peláez era uno de los ataques más temibles del Invierno 98. En sólo tres torneos, García anotó 20 goles como rojiblanco.

Pero a Luis, más que las lesiones o la edad, registró una baja de juego por problemas personales, por lo cual el técnico Ricardo Ferretti lo envió a la banca, al grado de que en su último torneo, el Invierno 99, ya no se dirigían la palabra. Omar Fares

JJ/I