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Loas para el de la idea

Bravos y hurras para quienes, desde su trabajo en una galería, centro cultural o museo, hacen mucho para que las cosas sucedan, y lo digo por experiencia y conocimiento, y aunque intenté enlistar aquí a las personas que admiro y que trabajan en estos espacios me detuve porque seguro me faltaría alguien o algo, igual que hace dos columnas, cuando un museógrafo me escribió decepcionado por leer en mi texto mucho sobre la expo en el Musa y nada sobre el esfuerzo que el equipo del museo hace todos los días. La intención era otra, pero claro, echemos porras a quienes y pese a las condiciones proponen, coordinan, gestionan, acomodan, investigan, difunden y crean con pasión, responsabilidad y empeño. Del señor que está en la sala cuidando que nadie rompa nada hasta el director de cultura.

Y es que detrás de una exposición suceden cosas que los que la visitamos no vemos, y no hablo sólo de la labor curatorial, administrativa, de gestoría y museográfica que lleva cada una, sino también de ese impulso creativo que sí existe. Aunque creamos que no hay ideas para producir sí las hay, y las hay muchísimas y justo desde los espacios donde deberían nacer.

Llega de alguien en tiempo y forma una idea para esa exposición que nos encantaría y que surgió a partir de estudios e investigación; después se va con la idea hacia arriba (jefe, director, secretario, bla, bla, bla) a ver qué tan posible resulta y justo entonces surgen los mataideas: el primero, presupuesto, y es que casi nunca hay y entonces habrá que preguntarse ¿a quién pedimos y cómo pedimos? Después vienen los seguros y ubicación de obra y derechos y préstamos y el transporte de obra y la familia del artista y el artista sin inscribirse a Hacienda y exigiendo que se busque a alguien que le preste facturas y los vistos buenos y el coctel y que entonces se acabaron los tornillos y que se requiere un monitor de 865 pulgadas y que el GIF para el Facebook y la difusión…

Todos estos filtros y muchos otros. ¿Y la buena idea? Quedó hasta atrás de muchas letras y números. ¿Y qué idea sobrevive? Lamentablemente y casi siempre, la que conviene a arriba o la que se puede hacer con lo que se tiene y sin hacer mucho escándalo. Y varias veces, además, existen mataideas que cancelan exposiciones y proyectos a la mitad, y otras veces ya un día antes de la inauguración alguien dice que siempre no. Y vamos pa’trás. Y de nuevo otra idea nace, inocente, fresca, limpia y sonriente…

Esta columna es para los que luchan por sus ideas y para los que apoyan las ideas de los demás. Desde quien se encarga de que el baño esté limpio hasta quien sonríe en la foto de la inauguración. La columna de hace dos semanas, sobre la expo de Guillermo del Toro versaba sobre esto, sobre cómo es posible en Guadalajara hacer algo grande y bueno con una idea…

@doloresgarnica

JJ/