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Rompamos todo

Entrar en un recinto religioso ultra ortodoxo vistiendo máscaras de esquí de múltiples colores y tocando punk rock o irrumpir en un estadio con el torso desnudo y frases contestatarias escritas en él, son tan sólo un par de ejemplos de actos llevados a cabo no con la intención de ser vandálicos, sino como una bofetada para despertar nuestras conciencias y poner atención a un problema muy serio que no tiene nacionalidad, ni temporalidad, la violencia contra las  mujeres.

En estos últimos días las acciones de un grupo de policías han llevado a una movilización casi sin precedentes en México; la violación de una chica y las subsecuentes reacciones de todos los actores involucrados, prácticamente pedían a gritos un movimiento civil que pusiera el foco público en este gravísimo problema del cual todos, de una u otra forma, formamos pate y somos responsables.

Y aquí es donde las historias de las chicas rusas con máscaras de esquí que irrumpieron con su música en la Catedral de Moscú, las chicas que entraron a un estadio en Ucrania durante la Eurocopa de naciones con el torso desnudo y las chicas de las manifestaciones de últimos días en México comienzan a tener una relación más cercana de lo que parece; vidrios rotos, monumentos pintados y diamantina volando, son sólo algunas de las reacciones contestatarias, ya no sólo al caso de los policías en Ciudad de México, son el resultado de siglos de represión.

Jamás podemos llamar a la violencia para solucionar un problema sistémico, sin embargo, con números tan escalofriantes como casi 1,200 feminicidios sólo en 5 meses de 2019 en México, si hay que entrar en iglesias y tocar punk, si hay que irrumpir en un evento deportivo mundial o pintar monumentos históricos para provocar que seamos más conscientes de lo que significa ser mujer en México y en el mundo, de los peligros a los que están expuestas y las atrocidades que han tenido pasar históricamente, entonces sí hay que romper todo, hay que romper nuestras formas de relacionarnos, de tratarnos y sobre todo, comenzar a escucharnos y a reaprender muchas cuestiones de educación que se perpetúan en nuestra cultura machista.

Con estas dos películas, Pussy Riot: a Punk prayer y Naked war, damos un pequeño ejemplo de movimientos de mujeres que dijeron basta y transgredieron el status quo.

Pussy Riot: a Punk prayer: https://www.youtube.com/watch?v=E8K8WRRzbQs

Naked war: https://vimeo.com/ondemand/nakedwarfr

@FitoCastmo07

JJ/I