Vocación, stupid

El debate sobre constituir o no una nueva universidad pública en Jalisco se ha centrado en todo menos en su supuesto objetivo: formar científicos e ingenieros.

Tergiversando la famosa frase del asesor del ex presidente estadounidense Bill Clinton, James Carville, vale la pena retomar la discusión sobre crear una nueva universidad especializada en ciencia y tecnología en Jalisco.

Es lamentable que el tema esté supeditado a riñas políticas, cuando realmente hay un déficit de talento no sólo en México, sino a nivel mundial en las STEM.

Por eso, el primer paso es incentivar que los preparatorianos quieran estudiar estas carreras, antes de abrir más espacios en riesgo de que se queden desaprovechados.

La muestra de que la vocación es el punto de partida es que cada calendario escolar, la mayoría de los rechazados de la UdeG aspiran a las carreras tradicionales como medicina, derecho y contaduría. No es casualidad que casi todas las universidades privadas oferten estas dos últimas y que de unos años para acá hayan aumentado las alternativas para estudiar medicina en la ciudad.

A diferencia de otros países, aquí lo único que podemos hacer es inspirar a los jaliscienses el interés por la ciencia y la tecnología, esperando que decidan decantarse por estas profesiones.

Ciertamente ya existen esfuerzos, algunos impulsados desde el propio gobierno y otros por organismos internacionales y de la IP. Pero los números de las carreras más demandadas nos indican que todavía no hemos inclinado la balanza de la demanda hacia los programas STEM.

Hay que considerar que muchos factores influyen para que un joven decida qué va a estudiar: desde la familia, la experiencia escolar, los amigos y el entorno, hasta los mensajes mediáticos en la televisión y el cine. Con mayor razón, lo que urge es sumar y no fracturar la política de fomento a la ciencia y la tecnología en propuestas con agendas ocultas.

Además, existe otro requisito que atender: que los estudiantes que ingresan a carreras del área de ciencia y tecnología tengan las habilidades cognitivas para cursar estas licenciaturas. También requieren un cierto dominio de inglés.

Pero claro, la promesa de inaugurar una universidad apantalla mucho más que invertir en la intangible vocación científica entre los jóvenes.

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JJ/I