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Cuando el destino los alcance

En 1973, se estrenó la película Cuando el destino nos alcance (Soylent Green) dirigida por Richard Fleischer, y protagonizada por Charlton Heston. La historia se ubica en el año 2022, en un mundo descompuesto por la contaminación ambiental y por el calentamiento global generado desde la etapa de la Revolución Industrial y que en el contexto de la película hizo crisis en las primeras dos décadas del siglo 21.

Así, el escenario tantas veces planteado por científicos y ecologistas se había vuelto realidad debido a la indiferencia que mostraron los políticos y empresarios que siempre veían el futuro desastroso como algo muy lejano y que a ellos jamás les iba a tocar.

Algo parecido le ha pasado al Club Guadalajara. En 17 años de la era de Jorge Vergara como propietario de la institución, y quien desde 2018 le pasó la estafeta a su hijo Amaury para atender su salud, se advirtió desde hace tiempo que la inestabilidad trasmitida desde la cúpula tendría sus consecuencias.

Es decir, el desfile de directivos, técnicos, y jugadores ha provocado que Chivas se haya alejado de la grandeza que lo distinguió en la época gloriosa del Campeonísimo.

Cierto, en casi 20 años, de 2002 a la fecha, no todo han sido amarguras y oscuridad en el Guadalajara, ha pasado por buenos momentos futbolísticos, y sobre todo a nivel comercial ha vivido picos muy altos.

Sin embargo, la parte deportiva, ha quedado en deuda, y de haber sido un equipo acostumbrado al protagonismo, a estar en los primeros lugares de la tabla general, a ser aspirante al título, después del brillante primer semestre de 2017, el Rebaño se ha visto afectado por una serie de malas decisiones tomadas, que como efecto dominó ha derrumbado todas las piezas. Si no hay un buen directivo, no hay un técnico ideal para el equipo, como tampoco habrá jugadores que encajen en el esquema. Los resultados están a la vista, Chivas es un equipo más cercano a lo que son los equipos chicos que con presupuestos moderados luchan por no descender.

Hoy, Ricardo Peláez, el nuevo director deportivo que sobre todo con América revolucionó a un grande que estaba al borde del precipicio, se busca que sea el redentor de un Guadalajara al que su destino lo ha alcanzado, y está a punto de rebasarlo.

El escenario actual se advirtió muchas veces, pero ganó la desesperación, y las consecuencias ahí están.

jl