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Comunicación dorada

Enrique Alfaro tiene tres empresas favoritas en materia de comunicación. Las honra con lealtad y paga por sus servicios con, al menos, 316 millones de pesos. 

Durante muchos años era vox populi que el gobernador tenía una relación diferente con Indatcom, EuZen y La Covacha, todas compañías que generan y administran contenidos. 

Los reporteros Sonia Serrano y Lauro Rodríguez iniciaron, desde febrero, la búsqueda de cheques emitidos durante nueve años por parte de gobiernos emanados de Movimiento Ciudadano (MC). 

Hasta ahora van 660 cheques emitidos por los ayuntamientos de Tlajomulco (el primero, cuando Enrique Alfaro era presidente municipal), Zapopan, Guadalajara, Tlaquepaque, el gobierno del estado y el propio partido político. 

La mayoría de esos pagos fueron asignados de manera directa. 

Esta semana NTR ventila los montos, pero también la operación, la estructura, las malas prácticas internas y externas de esa triada de empresas que han tenido tan alto costo a las arcas públicas de Jalisco. 

Para ponerlo en perspectiva, La Covacha ha recibido en estos años al menos 104 millones de pesos. Para Indatcom (y a Ismael Sánchez Anguiano, su fundador) se han despachado 148.6 millones de pesos. Es tiempo de bonanza para esa empresa: en lo que va de la actual administración estatal se ha facturado casi 30 por ciento de ese dinero. 

Finalmente, EuZen ha cobrado 142 cheques que significan 63.3 millones de pesos de recursos públicos de gobiernos naranjas. 

Lo revelado hoy en esta serie de publicaciones es la historia de las relaciones entre los creadores de tales empresas con Alfaro y diversos actores políticos de MC. Ellas (las que componen la comunicación dorada alfarista) han representado para el gobernador el ancla y soporte de sus victorias políticas y han sido muy bien recompensadas por esa labor. 

¿Qué hacen tales empresas que están tan valoradas en el registro financiero de las huestes de Alfaro? 

Maquilan campañas publicitarias (desde el contenido hasta la distribución) para medios tradicionales y para las redes sociales. Crean marcas o conceptos para promocionar diversos intereses de los gobiernos. Monitorean la información publicada por todas las vías posibles. 

También trabajan con las diversas oficinas de comunicación social para generarles instrucciones y orientarles con posicionamientos o, inclusive, administran las entrevistas que los funcionarios pueden o no dar. 

Acaso lo más adusto que observo es una actividad oscura en estos tiempos de la posverdad. Muchos periodistas y analistas hemos detectado que cuando se publica en Twitter o Facebook alguna información que se puede interpretar como negativa a Alfaro o al cliente naranja en turno, inician una serie de respuestas agresivas por usuarios que son de reciente creación o tienen muy pocos seguidores. Cariñosamente los etiquetamos como Indabot. También se dedican a retuitear los mensajes del gobernador y a elogiarlo. 

Cabe preguntar por el objetivo de tales proveedores si cada una de las dependencias cuenta con departamentos de comunicación social. Tanto entidades municipales como el gobierno del estado tienen una amplia red de colaboradores y una estructura de atención a medios que lejos de adelgazarse sigue creciendo. 

En estos momentos se duplican funciones o se descarga la responsabilidad de algunos funcionarios públicos en decisiones tomadas desde una empresa privada. 

Falta que las diversas instituciones que dan seguimiento al manejo de dineros públicos (auditoría y contraloría estatal o la fiscalía anticorrupción) pongan la lupa en este dispendio: ¿se pudo evitar? ¿Representa buenas prácticas de austeridad? ¿Hay duplicación de funciones? 

Twitter: @cabanillas75

jl/I