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Jóvenes confían más en redes que en medios  

RANGO. El estudio se enfocó en los jóvenes de entre 17 y 29 años, generación hiperconectada, pero altamente vulnerable a contenidos falsos.   (Foto: Miriam Jiménez)

En respuesta al creciente impacto de la desinformación en la vida democrática de las y los jóvenes, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) presentó ayer los resultados de un proyecto elaborado en conjunto con la Universidad Iberoamericana. Entre sus principales hallazgos está que los jóvenes confían más en sus redes personales que en medios tradicionales.  

Además, reveló que consumen y comparten información como una práctica emocional y social, y que su participación cívica se activa desde lo local, lo relacional y lo afectivo. 

El proyecto realizado con la Iberoamericana a través del Reporte Hacia una Guía Ciudadana de Alfabetización Mediática e Informacional se titula Estrategia contra la Desinformación: Claves hacia una Guía Ciudadana de Alfabetización Mediática y es autoría del doctor Manuel Alejandro Guerrero y el maestro Ricardo C. Guadarrama. 

Enfocado en jóvenes de entre 17 y 29 años del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), advierte que la desinformación es un fenómeno estructural impulsado por plataformas digitales, la polarización política y la manipulación emocional.  

En el proyecto se argumenta que se eligió a dicho sector poblacional porque a pesar de ser la generación más conectada, es altamente vulnerable a contenidos falsos; además, muestra históricamente bajos niveles de participación electoral. 

Ante los hallazgos referidos, el proyecto hace recomendaciones de alfabetización mediática e informacional a través de una guía de acciones estratégicas para combatir la desinformación y fortalecer la ciudadanía digital juvenil. Las iniciativas incluyen desde talleres, laboratorios de verificación y concursos de memes hasta foros juveniles con plataformas digitales, juegos serios sobre democracia y campañas con influencers cívicos. 

Estas propuestas buscan pasar de un modelo educativo tradicional a uno participativo y creativo que empodere a la juventud como agentes críticos y constructores de un ecosistema informativo más saludable. 

 

jl/I