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Cambios de estrategia

La estrategia de vacunación contra el coronavirus en México ha ido cambiando con los meses. Es lógico, pues se trata de una enfermedad nueva de la que, a cada paso, aparece información que hace modificar el rumbo no sólo de la inmunización, sino del manejo de la pandemia en general.

Aun así, con las evidencias que ya se tenían, se fueron tomando decisiones que parecieran ir contra lo que se sabía hasta entonces del virus. Por ejemplo, al inicio, cuando se presentó la estrategia, las personas con enfermedades que fueran agravantes del Covid-19, como cáncer o VIH/sida, serían inmunizadas en las etapas tempranas, lo que no ocurrió y quienes las padecen debieron (o deben) esperar a que, por edad, les toque vacunarse.

En las últimas semanas y con el regreso presencial a las aulas se abrió un nuevo frente en la discusión sobre a quiénes debe vacunarse. Más de 250 amparos han sido entregados ya a menores de edad en los que se determina que tienen derecho a ser vacunados y que las autoridades correspondientes deben garantizar este derecho, pero son las mismas familias o los menores quienes denuncian que ello no ha ocurrido.

De acuerdo con el primer y hasta ahora vigente, según la página coronavirus.gob.mx, documento rector Política nacional de vacunación contra el virus SARS-CoV-2, para la prevención de la Covid-19 en México, publicado el 12 de enero de este año por el gobierno federal, el objetivo específico es vacunar como mínimo a 70 por ciento de la población para lograr la inmunidad de rebaño. Para ello se debía inmunizar a 100 por ciento del personal de salud que trabaja en la atención del Covid y a 95 por ciento de la población a partir de los 16 años cumplidos. Subrayo lo de 16 años cumplidos.

En este mismo documento se determinó que los grupos priorizados en orden de prelación eran personal sanitario que enfrenta Covid-19, adultos mayores de 60 años y más, personas con una o varias comorbilidades, personal docente de las entidades federativas en semáforo epidemiológico verde y el resto de la población mayor a 16 años.

Conformé avanzó la estrategia, se vacunó a los docentes cuando estaban muy lejos de volver a las aulas y en estados donde los semáforos no se encontraban en verde; se hizo diferenciación entre personal de salud de hospitales públicos y privados, aunque recibieran posibles pacientes con Covid, e incluso también hubo criterios distintos según si tenían cédula federal o sólo estatal para ejercer su profesión; las personas con comorbilidades no fueron el tercer grupo prioritario, y se determinó que las vacunas serían sólo para mayores de 18 años cumplidos.

El problema no es la evidencia científica, sino el uso político que se le ha dado a la vacunación. Como muestra, quienes vivimos en Jalisco fuimos testigos del desastre que la falta de coordinación y de voluntades entre los gobiernos federal y estatal causó en las primeras etapas de inmunización, teniendo como presa la vulnerable población de adultos mayores.

Ahora inicia una nueva etapa. De acuerdo con una entrevista al subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, hecha por La Jornada, México contempla vacunar a los menores de entre 12 y 17 años que tengan una condición agravante de Covid, para lo que se considera un millón de dosis.

De acuerdo con esta nota, publicada apenas el 13 de septiembre, el funcionario recalcó que la mayor limitante para cumplir el objetivo es que la única vacuna que tiene registro de emergencia para menores de edad es la Pfizer.

En medio de estas correcciones de rumbo y la incertidumbre ante una pandemia a la que todavía no se le ve fin tenemos, hasta ahora, más de 270 mil muertes oficiales por Covid en México.

Y contando.

Twitter: @perlavelasco

jl/I