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La difícil tarea de cambiar al Siapa

El caso de Elizabeth Castro, la conductora de programas musicales que fue contratada como asesora técnica del Siapa, con un salario de más de 73 mil pesos mensuales, es solo un botón de muestra de lo que ocurre con esta institución desde hace varios años. ¿Por qué se ha convertido en una agencia de colocación? La respuesta es simple: por el nivel de los salarios.

En el Siapa han sido colocados familiares de exalcaldes, novias de diputados y amigos de políticos en general. Todos sin cubrir el perfil del área en que son asignados.

Pero no es sólo la nómina, el Siapa es un organismo saqueado desde diferentes frentes. Uno de ellos, quizá el más importante y del que escribí hace unos días en este mismo espacio, son las factibilidades, ese dictamen que emite la institución para determinar que un desarrollo inmobiliario puede conectarse a la red de agua y drenaje de la ciudad. Con el boom inmobiliario y, en particular con la construcción vertical, imaginemos el negocio que esto representa.

Y también están los contratos. En El Diario NTR Guadalajara hemos dado a conocer recientemente lo que ocurrió con las empresas contratadas en la pasada administración para llevar a cabo la cobranza, reducir o cortar el servicio a los usuarios y emitir dictámenes técnicos de las factibilidades. El resultado: empresas que no cumplieron con el trabajo y de todas maneras cobraron.

Cabe aclarar que las irregularidades en el manejo del Siapa no han sido exclusivas de las administraciones de Movimiento Ciudadano, pues incluso cuando los técnicos estuvieron en las áreas de decisión, dejaron pasar algunos goles de los políticos que los nombraron. El desastre comenzó prácticamente en el gobierno de Emilio González Márquez.

Por eso era importante que los diputados locales no le firmaran al Siapa un cheque en blanco, como finalmente ocurrió. Al autorizar un incremento en las tarifas de 9.6 por ciento, sin condicionar a reducir el gasto corriente y, en particular, una auditoría a su nómina, así como una revisión general de todas las áreas y procedimientos, simplemente dieron luz verde para que nada cambie.

Tampoco establecieron obligaciones con indicadores formales para que se mejore el abasto, la calidad del agua, que se termine con las inundaciones o que se mejore la cobranza. Nada.

El director del Siapa, Antonio Juárez Trueba, quien contrató a Elizabeth Castro como su asesora técnica, sin que tuviera el perfil, ha tenido un muy mal comienzo en el cargo. Incluso decidió mentir para justificar la salida de la conductora de televisión, asegurando que las funciones que realizaba ya no eran necesarias, cuando la propia Castro había declarado que nunca trabajó en el Siapa y sólo cobraba ahí.

La oportunidad que tiene Juárez Trueba de limpiar su imagen, después de aquel escándalo en el que se vio involucrado, con el fallido proyecto llamado K invertida, que causó daños por más de 500 millones de pesos a la Comisión Nacional del Agua, empieza a desvanecerse. Y lo peor es que no le será fácil, pues recibió un Siapa podrido.

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jl/I