INICIO > ARTE
A-  | A  | A+

Fallan programas de Cultura Jalisco

(INVOLUCRADOS. Proyecta Producción es una de las convocatorias más amplias de la SC, pues integra a las disciplinas de música, diseño, artes audiovisuales, visuales y circenses; danza, lengua y literatura, teatro, publicaciones, patrimonio cultural y bioc

Tres de los programas más importantes y populares de la Secretaría de Cultura (SC) de Jalisco –Proyecta Industrias Culturales y Creativas, Proyecta Producción y SumArte– no tienen pies ni cabeza. Así lo señaló la Auditoría Superior del Estado (ASEJ) al revisar el ejercicio 2020, en el que observó que no son transparentes, carecen de planeación, no tienen enfoque de género, presentan fallas en las reglas de operación y no hay mecanismos de evaluación que permitan definir si tuvieron buenos resultados, además de no rendir cuentas. 

En el documento que pertenece a la cuenta pública del ejercicio fiscal 2020 del Poder Ejecutivo se detalla que los tres programas no cuentan con “un árbol de problemas con las características mínimas previstas por la Guía para la Elaboración de Matrices de Indicadores para Resultados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social”, especifica el documento. 

Por ejemplo, el órgano de fiscalización señala que en los programas el enfoque de género es nulo y pide a la Secretaría de Cultura “requerir a la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres una valoración técnica de las Reglas de Operación de los Programas Proyecta Producción y Proyecta Industrias Culturales y Creativas”, para que cumplan con este requisito. 

Proyecta Producción es un esquema que facilita la realización de publicaciones, montajes escénicos, producciones audiovisuales y digitales, exposiciones, así como intervenciones o activaciones y espectáculos en microformato para activaciones barriales. Se trata de una de las convocatorias más amplias de la secretaría, pues integra a las disciplinas de música y arte sonoro, diseño, artes audiovisuales, danza, lengua y literatura, teatro, artes visuales, publicaciones, patrimonio cultural y biocultural, multidisciplina y artes circenses. 

Es por eso que, al ser uno de los más populares a nivel estatal, se vuelve preocupante que no se especifiquen sus objetivos y resultados. 

El documento de la ASEJ asegura que no se define la población a la que va dirigido el programa ni es congruente con el público al que pretende llegar. Un vacío que comparte con Industrias Creativas –diseñado para la reactivación de aquellos emprendimientos que generan bienes o servicios culturales y artísticos, y que debido a la pandemia sufrieron distintas afectaciones– es que, como canal de comunicación y difusión, solamente emplearon el uso de la página web oficial de la Secretaría de Cultura, mientras que el programa SumArte no contempló en sus lineamientos mecanismos de difusión en absoluto, lo cual, en los tres casos, limita el conocimiento de los programas por parte de los posibles interesados. 

Aunque Proyecta Producción e Industrias Creativas definieron las áreas responsables de cada uno, no fijaron los plazos ni pasos para llevar a cabo las actividades que impulsan. En el caso de SumArte no cumple con ninguna de estas reglas. 

Con lo que sí cumplieron los tres proyectos fue con el atributo que evalúa si el entregable es congruente con la problemática y la población objetivo. 

Sin embargo, en ninguno de los casos se transparentaron los padrones de beneficiarios. La dependencia sí menciona el sitio en el que se difundiría la información, pero no señala mecanismos adicionales a la página web de la SC, como redes sociales, foros o publicidad. 

En cuanto a la rendición de cuentas, Industrias Creativas y Proyecta Producción no tienen ningún resultado y SumArte solamente menciona quién supervisará y vigilará que la entrega de los apoyos se apegue a principios de transparencia, eficacia, legalidad y honradez. 

Como respuesta a las observaciones de la auditoría, la SC se comprometió a “garantizar que los mecanismos de selección y criterios de elegibilidad, previstos en las Reglas de Operación de los programas sean claros y congruentes con la población objetivo”. 

Además, se comprometieron a clarificar criterios de elegibilidad y mecanismos de selección, pero no detallaron las tareas que harán concretamente, por lo que la auditoría especificó que dará seguimiento y no dio por solventado el señalamiento. 

La ASEJ observó también que los programas no tienen mecanismos de evaluación para saber si hay resultados. La secretaría respondió que la evaluación está sujeta a la disponibilidad presupuestal, así como lo establecido en el Programa Anual de Evaluación, el cual está también sujeto que existan recursos. 

El órgano de fiscalización aclaró que ese argumento no coincide con lo recomendado, pues se pueden establecer mecanismos de evaluación sin contratar a una empresa. La dependencia se comprometió a corregirlo en 2023, pero no dijo cómo. 

BENEFICIARIOS

Como se explica en la tabla de esta edición, en cuanto a los beneficiarios y monto pagado por programa en la comparativa 2019-2020, el resultado fue que aumentó el número de beneficiarios, pero bajó el monto entregado. En el caso de Industrias Creativas, los beneficiarios pasaron de 24 en 2019 a 31 un año después; sin embargo, la cantidad pagada pasó de 3 millones 25 mil 456.98 pesos en 2019 a 3 millones en 2020. 

Con Proyecta Producción fue el mismo resultado: en 2019 había 60 beneficiarios, 29 menos que en 2020 (89), mientras que el monto pagado fue de 8 millones mil 24.98 pesos a 7 millones 919 mil 670 en 2020. 

SumArte fue creado en 2020, por lo que no tiene comparativa todavía. Pero en 2020 abarcaba 3 mil 70 beneficiarios y el dinero pagado fue de 30 millones de pesos. 

SIN DATOS CONCRETOS

La información es tan escueta por parte de la dependencia cultural que la mayoría de estos datos citados por la ASEJ tuvieron que consultarse directamente en otras instituciones, como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Así, por ejemplo, pudo documentarse que los programas no tuvieron buenos resultados, porque el número de negocios dedicados a la cultura y el entretenimiento en el estado se redujo, lo mismo que el número de asistentes a funciones culturales. 

En cuanto al cumplimiento de parte de las personas que recibieron recursos a través de estos programas, para Industrias Culturales se revisó la base de datos con la información de los reportes cuatrimestrales de los beneficiarios de los programas (debieron entregar tres y el inicial); sin embargo, los datos entregados no permiten medir el cumplimiento de los objetivos. 

En cuanto a Industrias Creativas, la secretaría no cuenta con información cuantitativa que les permita determinar en qué medida, a partir del apoyo recibido los beneficiarios del programa, cuentan con un modelo de negocio que les permita ser rentables y sólo hacen monitoreo en redes sociales para conocer si la empresa se mantuvo vigente durante el tiempo que fue apoyada. 

Con Proyecta Producción se revisaron 30 carpetas de beneficiarios, pero con los reportes no se puede determinar en qué medida el programa cumple con su objetivo. Además, los funcionarios de la Secretaría de Cultura dijeron “no tener información adicional de los proyectos aprobados que permitiera medir el cumplimiento de los objetivos”. 

Por último, con SumArte los beneficiarios debían realizar una acción colectiva. Se pidió información a la secretaría y de 3 mil 750 personas sólo 18.8 por ciento entregó evidencia de haberlas realizado. 

DIFICULTADES 

  • La información es tan escueta por parte de la dependencia cultural, que la mayoría de los datos citados por la ASEJ tuvieron que consultarse directamente en otras instituciones como el Inegi 

UNA A FAVOR 

  • Con lo único que sí cumplen los tres proyectos fue con el atributo que evalúa si el entregable es congruente con la problemática y la población objetivo 

jl/I