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Quinto Patio

Las desapariciones fueron las que colmaron a los colotlenses, a los vecinos de Colotlán. Pero no solo se trata de eso. Ayer se manifestaron en Guadalajara para exigir seguridad y coordinación entre Jalisco y Zacatecas para que vuelva la paz a la región norte del estado. Lo dijeron claro: viven en un toque de queda, tienen que pagar al crimen organizado por organizar hasta una fiesta, no pueden viajar seguros por carretera a Zacatecas porque en el colindante municipio zacatecano de Tepetongo se arriesgan a que los intercepten y los desaparezcan gente armada, nomás porque sí, nomás porque pueden y nadie los detiene, solo por eso.

Se llevan, secuestran, privan ilegalmente de su libertad, desaparecen a jóvenes y adultos trabajadores, gente pacífica, que no tiene ningún tipo de relación con el crimen organizado, que está metido hasta el tuétano en la región. Los criminales ya agarran parejo todo, con el cobijo de autoridades que se tiran la bolita una a la otra, pero que no hacen nada por detener la crisis. La gente de Colotlán ya se hartó.

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Que no pasa nada, dijo Enrique Alfaro Ramírez, quien desde Guadalajara, en la comodidad de un edificio resguardado con decenas de oficiales, vehículos y con vallas metálicas, con la mano en la cintura, sostuvo que en el norte de Jalisco “es muy raro que se cometa un delito”. Aseguró que el problema está en Zacatecas y que allá lo resuelvan como puedan y como quieran. Así, lo normal, lavándose las manos.

Ah, eso sí, presentó sus propias cifras para tratar de vender un discurso de que todo va bien y hasta se atrevió a puntualizar que “vamos por buen camino”, justo después de leer una lámina que mostró que en 2022 en Jalisco fueron asesinadas mil 770 personas. Nomás…

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En las pantallas informativas de las cinco recaudadoras de Guadalajara se empezaron a proyectar ayer cédulas de búsqueda de personas víctimas de desaparición, como propuso el colectivo Luz de Esperanza y aceptó el gobierno municipal. A la par el Sistema DIF tapatío invitó al colectivo a integrarse al programa Acompañar la Ausencia, en el que participan otras agrupaciones de familias con desaparecidos.

En un tema tan desgarrador como son las desapariciones, donde Jalisco ocupa el deshonroso primer lugar, ninguna difusión ni ningún apoyo sobran; al contrario, faltan. Si ya empezó el gobierno de Guadalajara, como indica el colectivo faltaría que se sumen los otros 124 ayuntamientos, que se ven lentos y omisos, pues todos tienen vecinos que han sido desaparecidos. Y también faltaría sensibilidad, apertura y compromiso real del gobierno estatal de hacer lo más que pueda para divulgar y respaldar acciones, pues lo que hasta ahora hecho es insuficiente, ineficiente y de mala gana, empezando por ya saben quién.

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El pasado año 2022 casi 5 mil borrachos fueron enviados al CURVA (el Centro Urbano de Retención Vial por Alcoholimetría, pues). La cifra es importante porque son cerca de 5 mil personas que irresponsablemente estaban al frente de un volante, pese a que se les habían pasado las copas de alipús. La realidad es que lejos están esos trágicos tiempos en Guadalajara, cuando un fin de semana sí y al otro también ocurrían muertes generadas por conductores briagos.

Siguen ocurriendo las tragedias, pero en mejor cantidad, y el operativo Salvando Vidas es una de las razones de la baja. Desde este H. recinto brindamos –SIN MANEJAR– por el resto de borrachos que tomó conciencia y dejó de agarrar el volante cuando toma. Y deseamos que el resto, si no es por sensibilidad, al menos dejen de manejar ebrios por temor a las toritas, la multotototota y los separos en que enchiqueran.

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jl/I