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Sin control, venta de ácido clorhídrico

(Foto: Especial)

A pesar de que el manejo y distribución de químicos se encuentra regulado por ordenamientos de los tres niveles de gobierno, el acceso a elementos como el ácido clorhídrico es tan sencillo como consultar alguna página especializada en internet o acudir a una tlapalería, donde se comercializa como ácido muriático.

Tras el derrame de mil litros de ácido clorhídrico del pasado 8 de julio en la colonia López Portillo, en Guadalajara, que terminó filtrándose a la red de drenaje de la ciudad, surgieron las dudas sobre el manejo seguro de esta sustancia, altamente corrosiva.

El ácido clorhídrico es un químico usado tanto en procesos industriales como en la experimentación científica y en artículos de limpieza en el hogar. También se emplea como precursor de drogas sintéticas.

A pesar de ello, decenas de  páginas en internet como Mercado libre venden sin el menor recato ácido clorhídrico anunciado como “químicamente puro”. En alguna de estas páginas, por ejemplo, el litro de producto se ofrece en 555 pesos con el envío  gratis a cualquier parte del país.

Un precursor de drogas

Morelia Eunice López Reyes, profesora-investigadora del Departamento de Química del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la Universidad de Guadalajara, explicó que el ácido clorhídrico es una disolución acuosa del gas cloruro de hidrógeno.

La sustancia, en su uso industrial, tiene una concentración no mayor de 37 por ciento.

López Reyes señaló que para su uso en el laboratorio se adquiere en un precio que ronda entre mil 500 y dos mil pesos por 2.5 litros. Se trata de un producto con una pureza mayor que el usado en el área industrial pues se utiliza como reactivo.

Según la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el ácido clorhídrico se emplea para la obtención de clorhidratos de algunas sustancias que se producen clandestinamente, entre ellas, la cocaína y metanfetamina.

El ácido clorhídrico combinado con otras sales y sustancias se utiliza también por la delincuencia organizada para disolver cuerpos.

De hecho, la Fiscalía Estatal informó el año pasado que en el caso de los tres estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV) había encontrado recipientes de ácido clorhídrico en uno de los lugares asegurados donde presuntamente habían llevado a los jóvenes.

Víctor Hugo Roldán Guerrero, director de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco (UEPCBJ), explicó  que cuando los materiales son altamente corrosivos, “la principal indicación que se le hace a una persona que maneja este material es que no se tenga contacto ni siquiera a través de vapores o con exposiciones de la piel”.

Desconcierto

Si pocos conocen sus usos, muchos menos saben de los riesgos a que expone esta sustancia.

Los vecinos de la colonia López Portillo aún se muestran desconcertados ante la movilización de los cuerpos de protección civil que desencadenó el derrame de ácido clorhídrico del pasado 8 de julio al interior de una finca de la calle José Carrillo.

Dicen que comenzaron a tomar conciencia de la gravedad del hecho hasta que llegaron los elementos de Protección Civil y los medios de comunicación. Afirman que tampoco se percataron de la presencia del químico, pues en ningún momento percibieron el aroma de la sustancia.

 “De todos los vecinos a nadie nos llegó el olor. Los bomberos se pasaron a ver las cañerías, vivimos enfrente y se supone que nos debería haber llegado el aroma. Todo mundo quedó sorprendido (con la movilización) porque fue como si hubieran matado a alguien”, señaló una residente del vecindario que prefirió el anonimato.

De acuerdo con los habitantes de los alrededores, el lugar era usado como una pensión de camiones dedicados a la transportación de químicos de limpieza, los cuales son evaluado y posteriormente redirigidos a su destino.

El Diario NTR Guadalajara visitó a la arrendataria del lugar a fin de entrevistar a la arrendataria, pero no fue localizada. En su sitio se encontró a persona que  no se identificó, pero aseguró que en diferentes viviendas se percibió olor a químicos durante ese día.

Tras la clausura del lugar, se alcanzan a observar al interior del establecimiento varias tarimas de madera, anaqueles, bidones de plástico y cubicontenedores.

Una actividad bajo vigilancia

Las empresas que trabajan con sustancias químicas deben demostrar, como parte de su plan interno de protección civil, que su personal está capacitado en el manejo de materiales peligrosos.

Víctor Hugo Roldán Guerrero, director de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco (UEPCBJ), explicó que este tipo de compañías está bajo la vigilancia de las instancias municipales si las cantidades de producto no sobrepasan los 50 litros. Los volúmenes superiores corresponden al estado, pues ya se considera una actividad altamente riesgosa.

 “Es una actividad común, tan común que la vemos como que no puede suceder nada y de ahí es donde vienen los problemas de seguridad. Caemos en la confianza en el manejo de un material peligroso”, advirtió.

A nivel federal, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) es la responsable de regular la materia.

Las instalaciones de las empresas que trabajan con materiales peligrosos son inspeccionadas durante un determinado lapso; también se revisan los vehículos que los transportan.

“Cada una de las unidades que circula dentro del estado tiene un manifiesto por parte de la UEPCBJ en el cual se especifica que cumple con los requisitos para trasegar el tipo de material para el cual están registrados”, explicó el director de la UEPCBJ.

La institución está facultada para hacer revisiones a cualquier vehículo.

“¿Cuáles son las carreteras que tenemos visualizadas con riesgo de estos materiales? La carretera a Manzanillo, la carretera a Colima y la que circula hacia San Juan de los Lagos y Lagos de Moreno. Donde se realizan los trasiegos grandes de este tipo de material”, detalló.

El funcionario relató que años atrás los bomberos enfrentaban cualquier incidente relativo a las sustancias peligrosas echando litros de  agua, lo que elevaba el riesgo de provocar reacciones químicas. El control de esas situaciones ha tomado un enfoque científico y para ello capacitan constantemente al personal de la UEPCBJ, así como a otras instituciones.

La bodega trabajaba de forma ilegal

La empresa que operaba la bodega donde el pasado 8 de julio se derramó el ácido clorhídrico operaba de manera ilegal, ya que no contaba con registros ni permisos de ningún tipo.

Las autoridades municipales de Guadalajara no encontraron a los dueños del local y los cuatro trabajadores que se encontraban en estas instalaciones no  proporcionaron información de utilidad, comentó Víctor Manuel Tenorio Adame, titular de la Dirección de Inspección y Vigilancia del ayuntamiento tapatío.

“En el afán de querer que no se viera esto lo vertieron al drenaje, por lo tanto procedimos a la clausura del local y la sanción que se le impuso oscila entre los 30 mil y 120 mil pesos”, señaló.

Pero en casos de contingencias como ésta, generalmente el monto del castigo económico es mayor, aunque depende de lo que decida el juez administrativo.

Algunas de las disposiciones que la empresa no cumplía eran la licencia municipal, los registros de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), así como los registros por el manejo de los productos peligrosos.

Además, las instalaciones carecían de medidas de seguridad y de señalética y los contenedores del ácido no tenían rótulos.

“Mientras no regularice la situación no se les va a dar la apertura. Independientemente de que paguen la multa y tramiten el levantamiento de sellos, tienen que cumplir todos los requisitos de registro ambiental para poderles dar la apertura y darles la licencia”, enfatizó Tenorio Adame.

Un antecedente

La del pasado 8 de julio no fue la primera vez que la colonia López Portillo, en Guadalajara, se ve vinculada a incidentes relacionados con el manejo de sustancias peligrosas.

Los vecinos de la zona aseguran que anteriormente, justo a un lado de donde ocurrió un derrame de mil litros de ácido clorhídrico, un grupo de personas se dedicaban a la limpieza de tanques de gas con corros de agua en plena vía pública, situación que generaba molestias y malos olores en el sitio, además que el agua contaminada corría hacia el alcantarillado.

Ese lugar, señalan los vecinos, actualmente está abandonado.

El ácido clorhídrico

  • Para su uso, la industria produce ácido clorhídrico acuoso, una sustancia altamente corrosiva
  • Se utiliza en procesos de hidrólisis para neutralizar compuestos químicos alcalinos
  • Se emplea en la industria jabonera y en la fabricación de tintes y pigmentos
  • La Ley Federal para el Control de Precursores Químicos, Productos Químicos Esenciales y Máquinas para Elaborar Cápsulas, Tabletas y/o Comprimidos establece que el ácido clorhídrico es un producto químico esencial controlado de acuerdo con la fracción segunda del artículo 4.
  • Para su manejo se necesita un equipo básico de protección consistente en guantes, lentes y bata
  • Si llega a derramarse esta sustancia, deberá confinarse el área y neutralizarlo con cal (hidróxido de calcio) o bicarbonato de sodio para evitar que avance a la red del alcantarillado
  • La mezcla neutralizada se recoge y dispone como desecho químico
  • Los recipientes donde se deposita y traslada no deben estar llenos por completo

da/i