INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Pandemia, polarización y política

Jalisco vive su momento más complejo en lo que va de la pandemia de Covid-19, pues el incremento acelerado de casos confirmados, de demanda hospitalaria y de decesos se ha mezclado con la confusión y los mensajes contradictorios sobre el regreso a lo que se ha llamado la nueva normalidad. 

Este fin de semana se confirmaron 624 casos en sólo tres días, si se suman los que se suben a la plataforma nacional, los que surgen de los laboratorios de la Universidad de Guadalajara y de los laboratorios privados. Además, el ritmo en el número de muertos, aunque ha sido intermitente, no ha bajado. 

¿De quién es la responsabilidad? Desafortunadamente la pandemia no ha quedado al margen de la polarización política del país y tampoco de la disputa entre los gobiernos federal y de Jalisco. El resultado de esos dos factores es lo que ha derivado en confusión. El ciudadano actúa según el gobernante a quien le cree o, si está al margen de la política, al mensaje que escuchó, vio o leyó, sin posibilidad alguna de corroborar la veracidad de la fuente. 

Cuando en Jalisco se registraron los primeros casos y el gobierno del estado decidió adelantar las medidas de aislamiento y la suspensión de actividades, hubo protestas y cuestionamientos. Era evidente el impacto que esto tendría en la economía de cientos de familias en la entidad. Sin embargo, quedaba al menos el sabor de un gobierno que priorizaba la salud por encima del tema económico. 

Para fortalecer la decisión, el gobierno del estado decidió recargarse en la Universidad de Guadalajara para tomar decisiones con bases estadísticas, científicas y médicas. El resultado fue sin duda la contención de casos, una mejor planeación para la disposición de espacios hospitalarios y muertes a un ritmo inferior al nacional. 

A la par, algunos tropiezos del gobierno federal al retrasar las medidas sanitarias y la toma de decisiones fortalecieron la estrategia jalisciense. Sin embargo, las presiones de la iniciativa privada para reactivar la economía del estado y, también hay que reconocerlo, los problemas económicos que comenzaron a ser insostenibles para muchas familias, llevaron al gobierno del estado a dar un golpe de timón. 

El problema a partir de ahí fue que el mensaje del camino a seguir ya no quedó tan claro y el aumento en los casos confirmados empezó a escaparse de las manos de las autoridades. Un gobernador enojado, culpando a los ciudadanos y al gobierno federal; representantes de la sociedad civil tomando decisiones sin voltear a ver los momentos de la pandemia en Jalisco, y un gobierno federal dispuesto a encontrar cualquier error de la administración estatal se convirtieron en un coctel de información confusa. 

En las últimas semanas hemos vivido momentos de relajamiento de las medidas de sanidad que han sido recomendadas. La imposibilidad para muchos de cumplirlas o la falta de claridad sobre qué se puede hacer y qué está prohibido, en especial en la preparación y puesta en marcha de la Fase 0, se ha reflejado sin duda en las estadísticas de Covid-19. 

Jalisco todavía se mantiene en los últimos lugares en el número de casos confirmados a escala nacional. Sin embargo, cuando hablamos de la vida de personas, eso pasa a segundo término, pues cada que alguien enferma o muere es una tragedia para una familia. 

El conflicto político se volvió ya inevitable. Las presiones de los empresarios que han rodeado y cobijado al gobernador no desaparecerán. Así que lo único que queda a los ciudadanos es pensar en su familia y tomar sus propias medidas de seguridad ante la pandemia que, como los investigadores previeron, apenas dejó caer sus garras sobre Jalisco. 

[email protected] 

jl/I