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Cuidado con la nueva ola

México está cerca de llegar a 4 millones de enfermos por Covid-19 y a 300 mil fallecidos por causa del nuevo virus. En realidad, las cifras son mayores porque hay un subregistro.

La variante ómicron ya está en el país y se propaga con mucha rapidez. 2021 cerró con un alza notable de los contagios. En la última semana de diciembre los casos confirmados de la nueva variante pasaron de 42 a 254 en sólo cuatro días. Seguramente el número es mayor, pues no está entre las prioridades ni de las autoridades ni de los ciudadanos hacer las pruebas para confirmarlo.

De acuerdo con los especialistas, una de las características de la variante ómicron es que puede generar síntomas muy parecidos a los de una gripe común. Muchas personas que en las últimas semanas han presentado esta situación consideran que, porque no se agravan, solamente tienen un resfriado común. Por esta razón, ni se realizan la prueba ni se confinan con lo que, en caso de que tengan la variante, la estarán propagando.

En lo que se refiere al número total de contagios por Covid-19, éstos se duplicaron en apenas dos días, al pasar de 5 mil 290 el 29 de diciembre a 10 mil 037 el último día del año.

En los últimos días también se registra un aumento de las personas que requieren atención hospitalaria. Un centenar de hospitales del país reportaron que se encuentran a 70 por ciento de su capacidad para atender a personas con complicaciones por Covid-19 y algunos de ellos ya están saturado.

Los especialistas calculan que, de seguir la actual tendencia, a mediados de febrero tendremos un nuevo pico en la ola.

Pese a las amargas experiencias que tuvimos el año pasado, ni las autoridades ni la sociedad parece que hayamos aprendido. Tampoco tomamos en cuenta lo que ocurre en otras naciones donde la pandemia se agrava. Pareciera que consideramos que, por alguna razón, los mexicanos estamos exentos de llegar a esa situación.

Por una parte, las autoridades tienden a minimizar la situación. Insisten en que lo que ocurre no es tan grave y que gracias a las vacunas contamos con protección.

Es una verdad a medias. Es cierto que, hasta donde sabemos, la variante ómicron produce una enfermedad más leve y menos mortífera. Así parece ser en general. Sin embargo, eso no significa que ocurra en todos los casos.

Debido a que la variante es también más contagiosa, el número de enfermos se multiplica, incluido el de quienes son susceptibles a agravarse. Eso puede significar una gran presión sobre el personal sanitario, los hospitales y los insumos para atenderlo. Ya mucha gente sufrió la angustia por no encontrar lugar en una clínica o por la escasez de tanques de oxígeno.

En el caso de las vacunas, al 28 de diciembre 56.4 por ciento de la población contaba con el esquema de vacunación completo y el porcentaje de personas que han recibido la dosis de refuerzo es aún insignificante. Con ello, cerca de la mitad de la población no está suficientemente protegida y casi nadie cuenta con la tercera dosis.

Al mismo tiempo, para el final del año México contaba 49 millones 492 mil 549 vacunas disponibles, pero no se están aplicando con la suficiente rapidez.

Además, especialistas en salud se han cansado de advertir que, si bien las vacunas son una protección muy efectiva y ayudan a evitar el agravamiento de los enfermos, no son garantía de inmunidad absoluta. Hay personas que aún vacunadas se han agravado o incluso han muerto. Por otra parte, la vacuna no evita la propagación del virus.

En este contexto llegamos a las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Las aglomeraciones y la relajación de las medidas de protección caracterizaron este periodo y aumentaron el riesgo de contagios.

Enfrentamos nuevamente un momento difícil. Solo con la responsabilidad individual y el cuidado mutuo podremos evitar lo que lamentamos el año pasado. Ya perdimos a mucha gente querida.

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