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Sube el salario de muy pocos

Por fin se oficializó el incremento que tendrá el salario mínimo en México para 2023. Sin sorpresas, se anunció que sería de 20 por ciento. Digo que sin sorpresas ya que tanto el presidente López Obrador como los voceros de la Conasami habían dado pistas de que querían que se repitiera la dosis de un incremento importante en el minisalario para el próximo año.

El salario diario pasaría de casi 173 pesos a poco más de 207 en la mayor parte del país. Ya sabemos que este tiene un nivel mayor en las zonas fronterizas, pero en esencia el salario brinca la barrera de los 200 pesos diarios.

Ese 20 por ciento significa que un salario mínimo sería equivalente a 6 mil 223 pesos mensuales. Si bien es cierto que no es una cifra que le resuelva los problemas económicos a nadie, también es que ahora será muy superior a los 2 mil 642 que representaba un salario en 2018, el último año del gobierno del presidente Peña Nieto.

El salario mínimo en el país ha tenido un incremento acumulado de 135 por ciento en estos años del gobierno de López Obrador.

Sin duda, la política de incrementos al salario mínimo es uno de los aspectos que debemos reconocerle a este gobierno. Es increíble que durante 20 años la única política económica respecto al salario mínimo era mantener su raquítico poder de compra.

Así fue la historia desde 1997 hasta 2017. Pasaron los gobiernos de Zedillo, Fox, Calderón y fue hasta con Peña Nieto que ya no se pudo más y se tomó con seriedad impulsar la subida del salario mínimo.

Quizá se acuerde cuando se decía que si se subía el salario mínimo subirían muchas otras cosas, como las multas o los créditos del Infonavit, ya que en su mayoría esos trámites estaban amarrados al valor del salario mínimo. El gobierno de Peña lo arregló inventando la UMA y desvinculando al valor del salario.

Por eso AMLO ha logrado incrementos importantes al salario. En promedio, cada año de su administración ha subido 18.7 por ciento, que alcanza a compensar la pérdida del poder de compra producto de la inflación.

Lo malo de este incremento fabuloso al valor del salario es que solamente aplica para quienes ganen hasta un salario mínimo. Pero que lo ganen en algún empleo de tipo formal. Es decir, que estén trabajando para alguna empresa establecida con todas las de la ley.

Dicho incremento no aplica para ninguna persona que trabaje en la economía informal. Las personas que laboren en la informalidad no verán ni un peso.

Según datos del Inegi, el número de trabajadores que ganan hasta un salario mínimo en el país son 18.3 millones, de los cuales solamente una tercera parte (6.4 millones) trabajan para alguna empresa formal. Lo que significa que 89 por ciento de toda la población económicamente activa no gozará de los beneficios de ese incremento.

En el mejor de los casos deberán conformarse con incrementos promedio entre 5 y 6 por ciento, lo que los dejará con un menor poder de compra. Es decir, otra vez nos quedamos con un importante incremento salarial para muy pocos.

Twitter: @Israel_Macias

jl/I