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Riqueza operística, aún sin conocerse

(Origen. Difundir las investigaciones sobre este género permitirá valorar lo que el país ha dado y de dónde proviene. Foto: Cuartoscuro)

La ópera siempre se ha considerado en México un arte extranjero a pesar de existir incluso antes que los mariachis, refiere la investigadora Enid Negrete, ya que “nuestra tradición operística viene de 1700; muy poca gente se ha puesto a estudiar esto, por eso siempre hemos considerado a la ópera como un arte impuesto”. 

En entrevista con Notimex menciona que hoy en día existen numerosos académicos que han llevado a cabo investigaciones, pero el problema es que su trabajo no ha tenido el alcance suficiente. Menciona, por ejemplo, a Aurelio Tello, Áurea Maya y Yael Beltrán, quienes han abordado el tema de diversas maneras. 

La doctora en artes escénicas recuerda que en 2013 fue convocada por el maestro José Antonio Robles, del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim), para crear la primera línea de investigación de la ópera mexicana. “Sí hay investigaciones y mucha gente involucrada; el asunto es cómo hacer que esas investigaciones lleguen a la mayor parte de la gente”. 

Negrete asegura que difundir las investigaciones sobre la ópera en México permitirá no sólo abordar al género desde una óptica académica, sino realmente valorar lo que el país le ha dado y de dónde proviene. “Descubriremos qué tan profundas son sus raíces en nuestra cultura, ya forma parte de nuestra idiosincrasia”. 

Aunque México tiene aproximadamente cuatro décadas de dar al mundo algunos de los mejores tenores, la investigadora amplía el panorama: “La verdad es que tenemos 150 años de exportar artistas de primer nivel y las primeras fueron mujeres”. 

Destaca el dato pues ocurrió en un contexto más opresivo que el actual, “tenemos que pensar que fue una época donde las mujeres no teníamos derechos y éramos floreros, meros artículos decorativos”. Fue apenas en los años 30 del siglo pasado cuando tenores hombres comenzaron a desarrollar carreras internacionales. 

Negrete, quien desarrolló el Diplomado de Ópera Mexicana que se impartirá en línea el próximo mes, agrega que el talento no se limita a cantantes. “También estoy hablando de pianistas, directores de orquesta y de escena, escenógrafos y compositores que han trabajado en diferentes teatros del mundo; algunos más valorados fuera que dentro”. 

La doctora considera impresionante el hecho de que haya habido artistas en la primera mitad del siglo 20 que fueron personajes reconocidos en el panorama internacional, cuando en México no tuvieron la misma trascendencia. Ejemplifica con la contralto Fanny Anitúa, quien fue la imagen publicitaria de unas cremas en Madrid; o Francisco Araiza, quien en Austria fue la imagen de relojes. “Nosotros apenas si reconocemos esos nombres de una manera común en México”. 

Estima que la razón de esta desproporción mediática tiene que ver con la idea de que el mexicano siempre se encuentra atrás. “De que siempre somos los menos cuando, en realidad, el talento mexicano ha sido valorado en la mayor parte del mundo y los que menos lo valoramos somos nosotros mismos”. 

Negrete actualmente se encuentra dando los toques finales a la biografía de la cantante de ópera Maria Katzarava, y aunque su intención original era publicar el libro este año, en el marco de los 15 años del debut de la tenor, la contingencia frenó todos los procesos. 

Aclara que el libro es un trabajo sobre los diferentes personajes que ha interpretado hasta ahora en su carrera. “Son muchos para la juventud que tiene; estamos por terminarlo ya, yo creo que entrará dentro de poco a la editorial; estamos en revisiones”. 

Más que una biografía, la intención de este libro es ser un legado artístico que ayude a las intérpretes jóvenes. “Que puedan entender cuáles han sido las herramientas que le han permitido a Katzarava estudiar cada uno de los papeles que ha interpretado hasta ahora”. Con información de Notimex 

FRASE

“Tenemos 150 años de exportar artistas de primer nivel y las primeras fueron mujeres; tenemos que pensar que fue una época donde las mujeres no teníamos derechos y éramos floreros, meros artículos decorativos”: Enid Negrete, Investigadora 

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