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Quinto Patio

Dicen que si algo ha permitido la estabilidad del sistema político mexicano, entre otros factores, es la renovación de los cargos públicos. Hay para todos. Miles de puestos en la administración pública cambian cada tres o seis años, porque llegan los ganadores en los comicios, pero con todos sus equipos, recomendados y el pago de compromisos políticos adquiridos. Aunque, maticemos, porque el viejo modelo resulta afectado por quienes se reeligen y al repetir en los puestos impiden se oxigene el sistema y se reducen oportunidades a sangre nueva.

La cosa es que hoy rinden protesta los 125 presidentes municipales de Jalisco. Llegó la hora de que tomen las riendas de los municipios, lo cual significa lidiar con numerosos problemas, entre ellos la inseguridad, la escasez de recursos, las grillas internas, los desafíos ambientales, etcétera. Y, en especial, cumplir sus promesas de campaña, lo cual suelen olvidar porque no saben cómo, no quieren, no los dejan o solo abrieron la boca para ganar votos. Ya los veremos.

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A Pablo Lemus, quien rinde protesta a las 12 horas en la presidencia municipal de GDL, le dejaron todo planchado para que el 1 de octubre pueda arrancar con sus programas y promesas. Y es que los regidores, de manera unánime, le obviaron trámite por ordenamiento, es decir, de fast track le aprobaron modificaciones a reglamentos para que pueda contar con la estructura que diseñó. Así, desaparecieron la gerencia municipal y sus representaciones por zonas.

Incluso, los regidores aprobaron otros cambios para que su programa de reactivar el Centro Histórico arranque sin problemas al permutar, transferir o traspasar los pisos que las fincas de valor patrimonial no pueden crecer. Todo esto y más ocurrió de manera rápida, sin análisis y sólo votando a favor por parte de los ediles que hoy tendrán su último día de burócratas. Se va los regidores cual sastres que le confeccionaron a Lemus un traje a la medida.

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Nomás porque el gobernador Enrique Alfaro ahora está del chongo (metafórico, claro) con Ricardo Villanueva, rector general de la Universidad de Guadalajara, que si no bien le andaba pidiendo chamba para dar clases en la licenciatura en Periodismo, allá en Ocotlán, Zapotlán el Grande o Lagos. Ayer dio otra de sus ya tradicionales clases de periodismo. Le puso una regañada a dos medios por no ceñirse a la línea editorial de Casa Jalisco. Porque, en los piensos alfaristas, tenían que decir que la inseguridad va a la baja; es más, “Jalisco el más seguro de México, gracias a Alfaro”. ¡Ese debió ser la de ocho en portada!

Pero no fue así y asegura el mandatario que quieren que le vaya mal a Jalisco. Fuera de todo eso, ¿de verdad el gobernador se gasta millones y millones de pesos del erario en una asesoría de comunicación tan mala? ¿Quién en su sano juicio recomienda presumir que es un logro que el que uno de cada cuatro jaliscienses sea víctima de un delito? O sea…

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En el Congreso local andan igual, con prisa por aprobar todo antes de irse, aunque les falta un mes más para decirle adiós a las curules (los que no repiten, claro). En el caso de Jilotlán de los Dolores los diputados aprobarán hoy en sesión el dictamen que nombra a los integrantes del Concejo Municipal, que entrará en funciones mañana. Los legisladores nombrarán una comisión que se trasladará al municipio a instalar el concejo.

Y vaya que deberán disponer de un sólido operativo de seguridad para que tomen protesta a los integrantes, instalen el consejo y que pueda comenzar a operar sin problemas. Las condiciones están que arden de incertidumbre de si pudiera pasar algo, que ojalá no suceda. Los jilotlenses tienen derecho a la paz y a la seguridad.

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jl/I