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Los López amparándose
Porque nos la quitaron
El escritor y físico español Agustín Fernández Mallo no tenía como objetivo escribir un libro sobre el luto. Sin embargo, su más reciente obra, Madre de corazón atómico (2024), termina siendo una exploración íntima de la vida de su padre, un veterinario experimentado y optimista, que nunca se dejó llevar por las fantasías inútiles.
“Intenté homenajear las enseñanzas que él me hizo sin pretenderlo y sin que yo me diera cuenta”, explicó el autor en entrevista con la agencia EFE, durante su visita a México. “La realidad ya es suficientemente fantástica en sí misma como para encima tener que añadirle fantasía”.
Desde la infancia, Fernández Mallo creció lejos de cuentos de hadas o películas de Disney, productos que su padre consideraba aborrecibles. En su lugar, el escritor recibió “la verdad” como narrativa cotidiana. Esa manera cruda y directa de entender el mundo permea su literatura, marcada por una poética que conecta objetos comunes, como un ticket de churros, con lo trascendente.
Formado como físico, Fernández Mallo fusiona ciencia y literatura como si ambas fueran caras distintas de una misma realidad. “No hace falta crear brujas ni elefantes que vuelen. Puedes construir una fantasía realmente profunda desde la propia realidad”, reflexiona, aludiendo a la pregunta fundacional de Newton sobre la manzana que cae y la luna que no.
Su obra escapa del documentalismo, incluso cuando aborda la muerte de un ser querido. El autor confesó que le tomó 12 años considerar Madre de corazón atómico como un libro terminado. La razón: necesitaba encontrar el tono justo, el equilibrio emocional y literario que no convirtiera el texto en un ajuste de cuentas ni en un retrato frío.
“No quería hacerme el listo con la muerte de mi padre”, sostiene. “Es el libro más importante que he escrito a nivel personal (…) Condensa gran parte de mis narrativas y mi poética”.
A pesar de su complejidad, Fernández Mallo reconoce que esta novela puede ser para muchos lectores la primera puerta hacia su obra. A diferencia de su célebre Proyecto Nocilla o la Trilogía de la guerra, Madre de corazón atómico ofrece un lenguaje más accesible, sin renunciar a su estilo propio.
El autor también compartió su admiración por la literatura latinoamericana, especialmente la mexicana, que considera una fusión única de culturas. En particular, destacó a Jorge Luis Borges como una de sus mayores influencias, y su forma de hacer que el realismo mágico siempre retorne a lo real.
“Hoy la literatura latinoamericana vuelve a tener muchísima fuerza. La mexicana es muy rara y diferente, mezcla muchas culturas de forma única”, concluye.
Con esta obra, Fernández Mallo ofrece un homenaje íntimo, racional y poético a su padre, y al mismo tiempo, reitera su visión literaria: la realidad, con todos sus matices, sigue siendo el mejor terreno para la ficción.
GR