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Quinto Patio

Se nos cayó la quijada de asombro cuando vimos que la cuenta de la Fiscalía del Estado (FE) en Twitter había sido hackeada ayer. Eran mensajes de naturaleza terrorista contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, de insultos y amenazas de muerte, una violación cínica de la seguridad cibernética de una institución dedicada a la seguridad y a la justicia. Las palabras del iracundo agresor parecieron encontrar poco eco de manera pública en la tuitósfera, e incluso provocaron reacción condenatoria de amlovers y no tan amlovers.

La respuesta del gobierno estatal fue lenta y mala. Condenar los ataques a la cuenta, porque “representan un atentado a la libertad de información por parte de una dependencia oficial”, es reducir la dimensión de lo que sucedió. Fue más que eso. También el autor del ataque acusó a la FE de corrupción tres días después de difundido en redes sociodigitales el video que sin evidencias ligaba al gobernador Enrique Alfaro al crimen organizado. El mismo día que el gobierno federal ha descartado oficialmente que fuera El Mencho quien hablaba. Demasiada coincidencia, ¿no?

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A propósito de la grabación, una más de arena fue la aportación del video para el gobierno de los refundadores. Un video que primeramente ignoraron; luego, ofendidos, salieron a decir que se trató de una sarta de mentiras. Fue hasta que gente del secretario de Seguridad Pública federal, Alfonso Durazo, dijo que no era El Mencho el que aparecía, cuando Alfaro arremetió contra la única periodista que dio por buena la identidad del líder criminal y también, algo que ni le gusta hacer, mandó sape a esos medios que “replican mentiras disfrazadas de periodismo”. El centro se perdió: las acusaciones, la periodista, los medios malos. El camino quedó igual, se deducen conspiraciones para que Jalisco se refunda. Los amenazadores y las amenazas qué.

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Era una excelente oportunidad para reflexionar acerca de la situación de la comisaría, hacer un examen de conciencia, pero el alcalde de Villa Corona eligió desentenderse. Le detuvieron al director de Seguridad Pública y mejor se volteó para otro lado, sin un compromiso cierto.

Y no fue una detención por cualquier cosa, sino por delitos que implican actividades de delincuencia organizada. Claro que el alcalde Luis René Ruelas Ortega debía hablar de respetar la presunción de inocencia, pero óigame: la Policía municipal ya había sido intervenida por el gobierno del estado en 2016 y no es un asunto cualquiera para solamente desentenderse diciendo: “A mí nadie me ha dicho nada”. La comisaría de Tlaquepaque hizo lo mismo con respecto a su elemento detenido: No sabemos nada, pero con gusto informamos cuando sepamos algo. Así no se puede…

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“Como si anduvieran grabando una película”, señaló un hombre mientras observaba el descenso de un helicóptero sobre avenida La Paz, como parte del programa SHIELD para mejorar la seguridad en embajadas y consulados de Estados Unidos, donde varias vialidades de la colonia Americana quedaron colapsadas para llevar a cabo simulacros antiterroristas.

La coordinación entre autoridades municipales, estatales y extranjeras dejó una impresión fuerte para las personas que se encontraron en el sitio, junto al despliegue de unidades y aeronaves durante la mañana de ayer. Pero recordemos que los atentados no siempre cuentan con un montaje tan espectacular; como ejemplo, están las dos granadas lanzadas contra el consulado norteamericano el 31 de noviembre de 2018. Si bien la agresión no fue muy hollywoodense, sí dañó la estructura de sus cuerpos de seguridad e incluso el FBI debió intervenir. En simulacros los polis se ven hasta impactantes… ¿en la vida real? Este…

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JJ/I