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Reforma laboral

El primero de mayo, Día del Trabajo, ha sido una fecha importante para los trabajadores mexicanos desde 1925. Desde entonces, los trabajadores y sindicatos han aprovechado ese día para expresar sus opiniones ante las autoridades. Particularmente, ayer manifestaron su opinión con respecto a la reforma laboral que, al parecer, tiene la venia total de la administración vigente.

La importancia de la reforma no debe minimizarse dado que sus alcances trascienden al ámbito laboral. De hecho, la misma es una condición requerida para institucionalizar el nuevo acuerdo comercial del TMEC. Asimismo, es un medio para armonizar el marco normativo vigente al Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

¿Cuáles son los principales cambios impulsados por la reforma? Los trabajadores elegirán libremente a sus líderes y a sus sindicatos; los juicios laborales serán resueltos en el poder judicial; los contratos de protección deberán ser conocidos; las trabajadoras domésticas estarán registradas en el IMSS; y, las Juntas de Conciliación y Arbitraje serán sustituidas por órganos alternativos.   

Institucionalmente, la reforma laboral requerirá cambios en la Ley Federal del Trabajo; la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, la Ley Federal de la Defensoría Pública, la Ley del INFONAVIT y la Ley del IMSS. Estos cambios deberán implementarse en cuatro años para cumplir con los requerimientos del nuevo capítulo laboral del TMEC. Por tanto, pronto habrá cambios en las leyes secundarias del país.

La reforma tiene claroscuros. En México, flexibilizará los mercados laborales, promoverá algunas prestaciones y formalizará a las trabajadoras domésticas. Asimismo, inducirá cambios en el poder de negociación de los sindicatos. En Norteamérica, establecerá interdependencias entre los mercados laborales de la región; pero no garantizará la convergencia de salarios, condiciones y prestaciones.

En mi opinión, la principal limitación de la reforma laboral es que no tiene miras de largo plazo. Hasta donde es conocido, no hace explícito qué cambios ocurrirán en los sistemas de seguridad social y de pensiones. Ni tampoco garantiza la permanencia de las conquistas laborales porque las renovaciones del TMEC dependerán de renegociaciones periódicas en los contratos colectivos.  

Por estas razones, dudo que los trabajadores tengan algo que celebrar el día de hoy.

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JJ/I