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AMLO perderá el Congreso

Predecir cualquier evento político o social es muy riesgoso porque están sujetos a una gran variedad de sucesos que afectan los resultados. Pero predecir resultados electorales es todavía un poco más complicado. 

Sin embargo, las encuestas de opinión nos van revelando cómo se van moviendo las preferencias en nuestro país, de cara a las elecciones intermedias de junio. 

Las últimas mediciones no se ven nada bien para el presidente López Obrador. En concreto, si el día de hoy fueran las elecciones, el partido del presidente no alcanzaría 50 por ciento de la Cámara de Diputados. 

Ni siquiera sumando los posibles legisladores que aportarían los partidos satélite de Morena alcanzarían la mayoría de la que hoy gozan. 

Y eso que todavía no se registra en las encuestas el efecto que pueda tener la tragedia de la Línea 12 del Metro. Tragedia que golpea en el corazón a la estrategia electoral de Morena y del presidente, ya que se trata que ocurre en la base de su apoyo social, la Ciudad de México. En el medio de transporte estrella y responsabilidad del gobierno de la ciudad, que ha estado en manos de la izquierda desde 1997. 

Aquí ya no hay forma de culpar a los conservadores o neoliberales, esas obras ponen en entredicho la capacidad de dos de sus más cercanos colaboradores y dos de sus más adelantados aspirantes a convertirse en candidatos a la Presidencia en 2024: Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. 

Si la culpa del desastre en la Línea 12 se debe a una falla estructural, entonces el culpable se llama Ebrard. Si se concluye que la falla se debió al terrible recorte presupuestal en mantenimiento, entonces la culpable se llama Sheinbaum. 

Como sea, el presidente no la tiene fácil y sabe perfectamente que este hecho golpeará sus aspiraciones a mantener su abrumadora mayoría en la Cámara de Diputados. 

Si AMLO pierde la mayoría será prácticamente el fin del sexenio. Al menos el fin de su esfera “transformadora”, ya que sin mayoría en la Cámara de Senadores y ahora sin mayoría en la de Diputados, el presidente se convertirá en alguien a quien le habrán cortado ambos brazos. 

Ya no podrá contar con el apoyo del Congreso y deberá estar sujeto a negociar cosas que antes obedecían con un chasquido de dedos. Incluso hasta sus proyectos de presupuesto para los años siguientes entrarán en duda de que sean aprobados con la facilidad con las que eran votados cuando Morena era una aplanadora. 

La vida se le complicará bastante y bien podríamos decir que deberá de despedirse de sus sueños y anhelos de “seguir con la transformación” del país. O como dirían sus adversarios, se acabó la “destrucción institucional y el debilitamiento de los contrapesos institucionales” en aras de que AMLO siga concentrando más y más poder. 

AMLO sin el Congreso será solo otro administrador más. Habrá perdido mucho de su poder y en la realidad se volverá un tigre de papel. Sin dientes y sin el poder que tuvo durante la primera mitad de su gobierno. 

*Economista, profesor en la Universidad Panamericana en Guadalajara 

Twitter: @Israel_Macias

jl/I