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Quinto Patio

Una enfermedad crónica podría ser la mejor definición de la funesta historia del ejido Santa Ana Tepetitlán y el bosque La Primavera. Desde 2001 los ejidatarios promovieron separarse del área protegida, porque visualizaron un negocio que les parecía bueno: corredores inmobiliarios los tentaron para abrir el bosque a fraccionamientos de alto valor. Entre la interposición del amparo en 2001 y su resolución definitiva en 2008 pasaron muchos años y muy probablemente los que hicieron el acuerdo se desinteresaron. En 2009 recibieron un bosque “libre” y no han sabido qué hacer con él.

La destrucción de los ecosistemas en la orilla oriente de La Primavera no es un gran negocio inmobiliario; es un espacio descontrolado, donde ni el ejido ni los gobiernos han sabido enfrentar esta fuerza ciega y paciente de la necesidad de vivienda, mezclada con el clientelismo político e incluso religioso. No podemos exonerar a Zapopan: decir que no está la zona contemplada en planes parciales es solamente lavarse las manos de un problema social y ambiental con el que no sabe lidiar.

El otro villano es la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Tuvo en sus manos impugnar las resoluciones contra el decreto de La Primavera. Tampoco supo hacer nada. Una triste historia en la que parece que no habrá ganadores, pero sí perdedor: el bosque.

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Organizaciones de la sociedad civil tendrán más trabajo. Después de la muerte de 39 personas migrantes en Ciudad Juárez quedó claro que las estaciones migratorias no son menos que cárceles.

La cosa es que las organizaciones se involucrarán en la medida de sus posibilidades, y con todo y la burocracia que hay de por medio en la vigilancia de las susodichas estaciones. En Jalisco, FM4 ya obtuvo el permiso y podrá ingresar de manera cotidiana a la estación de Guadalajara para revisar en qué condiciones está y el trato que se da a las personas migrantes.

Lo que sí es que las personas en movilidad humana que ingresan a estos centros lo hacen sin saber si podrán salir vivas.

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Dicen que Dios los hace y ellos se juntan y en esta vecindad eso podría ser un suceso virtuoso y hasta festivo; sin embargo, si hablamos de políticos las cosas pueden ser diferentes.

Nos preguntamos entonces, ¿por qué se juntarían personajes aspirantes individuales a cargos por su partido? Pues seguramente porque sus capitales políticos no les alcanzan para emprender proyectos personales y necesitan reunirlos para fortalecerse de alguna manera. Es así como nos topamos con una entretenida reunión de tres tristes naranjas que parecían estar planeando alguna travesura.

Resulta que fueron compañeros de legislatura en el Congreso local y, al parecer, iniciaron una relación cordial, que desembocó en una posible alianza. Sabemos que ni Esquer ni Zamora ni Castañeda levantan como corcholatas del góber Enrique Alfaro. Así es que buscan sumar sus canicas para ver si consiguen un nuevo hueso en 2024. ¿Se lanzarán por la gubernatura o sus aspiraciones no llegan a tanto? Mientras, en la otra esquina, Pablo Lemus, el otro aspirante naranja, nada más los mira, mientras las encuestas lo siguen colocando a la cabeza. El tiempo dirá.

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El secretario general del Congreso, Tomás Figueroa, presentó ayer su proyecto de reestructura administrativa dejando mucho que desear, porque en ningún momento hace una propuesta detallada, sino general, y dándose de plazo hasta agosto para ejecutarla… cuando llevan todo el año con el tema.

Fue una propuesta sin soluciones creativas, como esperaban los diputados locales. Figueroa sólo ofreció lo que dice la ley, por lo que los sindicatos juzgan que sería poco viable que algún trabajador acepte su propuesta de tres meses para jubilación anticipada o retiro voluntario.

Es difícil que haya trabajadores interesados en recortar su tiempo laboral en el Congreso del Estado; como ocurrió en la legislatura pasada, que ni el ofrecimiento de un año de sueldo fue suficiente para que los empleados renunciaran a su puesto. Había contra propuestas sindicales de darles dos años de trabajo para que aceptaran cuando menos 50, y no han sido escuchadas. ¿Ni serán?

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jl/I