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Sesiones fantasma

Parece inverosímil, pero es cierto y de todos sabido: en el Congreso local hay fantasmas, sesiones fantasmas. Lo sorprendente es que son válidas y hasta sus acuerdos se aprueban en el pleno con efectos legales. No es la primera vez que pasa, pero lo ocurrido ayer fue una acción desvergonzada a todas luces.

El pleno sesionó de manera extraordinaria aprobando un acuerdo legislativo de la Comisión de Seguridad y Justicia para modificar la convocatoria para la elección de tres consejeros de la Judicatura; esa sesión se realizó de manera fantasma.

Ni siquiera estaba en la gaceta parlamentaria ni en la agenda del día, y aunque todos sabían que se iba a realizar, nunca se concretó la cita, precisamente por la falta de acuerdos políticos y porque no estuvieron todos los diputados que la integran para validarla. Y aun así hay un acuerdo legislativo firmado por cinco de los siete integrantes y después respaldado por 22 de los 24 diputados presentes. En total son 38, pero hubo 14 que ni se pararon a la sesión para votar.

Tanto diputados consultados como asesores cayeron en contradicciones cuando intentaban explicar el momento del día en que se realizó la sesión o el lugar donde estuvieron citados.

Ninguno de los consultados coincidía en sus versiones, incluso eran tan injustificadas que después ya no daban razones y todavía andaban buscando la cuadratura al círculo para poder justificar lo injustificable. Así, como trabalenguas.

Aquí los usos y las costumbres para sacar acuerdos de manera rápida consiste en arrancar la sesión de pleno y decretar un receso para que las comisiones sesionen y aprueben los acuerdos legislativos que tienen que ser votados en esta sesión, y ayer había tres temas que debían aprobarse en comisiones, uno de ellos, los cambios en la convocatoria.

Esto en principio es un vicio de procedimiento porque primero deben sesionar las comisiones para aprobar sus acuerdos o dictámenes, y luego mandarlos a la Mesa Directiva para agendarlos en la sesión de pleno, pero como siempre traen prisas y nunca respetan el procedimiento, se tienen que hacer estos trucos para sacar los temas después de conseguir el consenso o porque les dicen que ya deben de salir.

Ayer la Comisión de Seguridad y Justicia físicamente no se reunió, sino que aprobaron en sesión fantasma el acuerdo legislativo, que sí apareció con las firmas necesarias para ser validado. Sólo hubo dos que no plasmaron su firma.

Nadie más de los diputados locales cuestionó si esta sesión se había realizado y era válida porque ni siquiera les interesa saberlo, sólo siguen el flujo de la votación.

Los únicos que tienen intereses en el reparto de cuotas de estos consejeros eran los más interesados en que ya se aprobara, y así se hizo aun cuando ni siquiera los que integraban esa comisión para votar o para tomar registro tuvieron conocimiento de cuándo se realizó y el lugar en donde supuestamente pasó.

La sesión fantasma no apareció en ninguna red social del Congreso ni se transmitió por televisión abierta. Algunos intentan justificarla como una “sesión privada”, que a veces piden no transmitirla; sin embargo, en este caso se trató de esas sesiones en que sólo se pasa el documento para firmar.

En este caso también fue evidente porque muchos legisladores llegaron tarde al Congreso después de la hora convocada porque andaban en otras actividades.

Así que si acude al palacio legislativo, tenga cuidado, no solamente de los fantasmas que dicen que se aparecen en la noche, sino de las sesiones fantasma que hay durante el día.

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