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Tropezón del gobernador, pandemia y relajamiento

En ese afán político de desmarcarse de las decisiones del gobierno federal para combatir la pandemia; de presumir a Jalisco como un ejemplo para el país, como autoalabanza al gobierno estatal; de aumentar puntaje en simpatías de aquí al próximo año electoral; de imponer más que convencer a la población a que adopte las medidas de la emergencia sanitaria; de ofrecer apoyos que luego echa para atrás; de no transparentar información relevante; de hacer más caso a su visión política que al conocimiento científico, el gobierno de Enrique Alfaro ha estado a punto de echar a perder lo que había logrado la población jalisciense para amortiguar la pandemia. 

El traspié fue anunciar que se abrirían empresas y negocios este lunes 18 de mayo, para enseguida acusar que se “están equivocando” quienes “estaban imaginando” que así sería, cuando en realidad, corrigió sin aceptarlo, será hasta el 1 de junio cuando empiece la reapertura gradual de la economía. Lo que medios informativos, empresarios, comerciantes y población en general escucharon fue lo contrario: que se reabrirían agobiados establecimientos al iniciarse esta semana. El boletín del gobierno estatal del jueves 14 que recoge palabras de Alfaro es claro: se pasaría “a una apertura gradual el próximo lunes 18 de mayo, esto en comercios específicos que serán monitoreados para que se cumplan las medidas de seguridad y aglomeraciones”, y que la Fase 0 durará cuando menos 15 días, y que “posteriormente se anunciarán los siguientes negocios y procesos a seguir en la Fase 1 (…)”. Miles que tenían casi dos meses confinados se confiaron y disminuyeron medidas de protección. El mal anuncio (“confuso”, diría el rector general de la UdeG, Ricardo Villanueva) generó riesgos de contagios al relajar la disciplina colectiva.  

Para dar marcha atrás pesó que la UdeG, que ha acompañado al sugerirle científicamente qué medidas tomar, decidió tomar distancia del anuncio de Alfaro. La institución advirtió que para “no comprometer los resultados favorables que Jalisco ha obtenido hasta ahora en el manejo de la pandemia”, el grupo de análisis de los modelos predictivos de la Sala de Situación en Salud por el Covid-19, de la UdeG, “considera importante tomar una serie de medidas previo al retorno de actividades no esenciales, como el desarrollo de protocolos sanitarios y su socialización entre la sociedad”. 

El gobernador debió apechugar a medias el viernes 15, por lo menos sin el clásico regaño o agresión grosera, sin reconocer su falla y acelere. Simplemente aseveró sin rubor que los “equivocados” fueron los que no saben entender lo que dijo.  

Los “resultados favorables” a los que contra la pandemia alude la UdeG, el gobierno estatal los destaca vía la Secretaría de Salud estatal. Por ejemplo, este domingo informó con gráficas que 44 municipios de Jalisco tienen de uno a más infectados de coronavirus; que la entidad está debajo de los casos confirmados comparada con los cinco estados con mayor número; que en relación al promedio nacional de confirmados, Jalisco se encuentra abajo; que aquí se han aplicado pruebas por la UdeG y un laboratorio privado que han detectado enfermos no contabilizados en la plataforma federal; que con el Sistema Radar, Jalisco está en décimo lugar nacional de casos confirmados; en el 13 de casos activos; en el 29 de casos activos por cada 100 mil habitantes; y en el sitio 15 de defunciones. 

Lo anterior ha estado en riesgo de venirse abajo en parte por el tropezón en la comunicación del gobernador. En la comunicación pública no cuentan las buenas intenciones sino la respuesta que se obtiene. Y la equivocación influyó para que el fin de semana la respuesta masiva de la gente fuera hacer poco caso a las medidas de protección. A un mal mensaje, mala respuesta. 

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jl/I