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Día de Muertos

Para Citlali, en su cumpleaños

Hoy se celebra el tradicional día de los fieles difuntos (mejor conocido como el Día de Muertos). En muchos hogares del país se ponen altares y ofrendas para recordar a los familiares y seres queridos. Asimismo, se hacen reuniones y visitas a los panteones e iglesias. Más aún: se ofertan y demandan bienes y servicios específicos de la temporada.

Los bienes asociados a la festividad constituyen un referente útil para analizar las expectativas de los agentes en la economía. Particularmente, los bienes, por no ser indispensables para vivir, tienen patrones de producción, consumo y precios muy sensibles ante las condiciones económicas. Son bienes de relativo lujo.

En el último año, los precios de los bienes usados durante las festividades han incrementado en una mayor proporción que la inflación del país (8.70 por ciento). Según El Economista, las variaciones anuales de los precios del papel picado, el pan de muerto y las veladoras decoradas ascendieron, respectivamente, a 100, 96.63 y 37.14 por ciento.

Los precios de los servicios mortuorios se incrementaron por debajo de la inflación nacional. Según la misma fuente, las variaciones de los precios de los servicios funerarios y de mantenimiento de panteón ascendieron, respectivamente, a 7.84 y 0.00 por ciento. Estos servicios, cabe mencionar, son necesarios ante la eventualidad de la muerte.

Las variaciones de los precios no sólo evidencian que hay gastos de lujo y de necesidad alrededor de la muerte. También sugieren que la economía está experimentando una ligera reactivación en el cuarto trimestre del año. Solo así se explica que los bienes de relativo lujo hayan crecido por arriba de los servicios de necesidad.

Las variaciones de precios de los bienes y servicios mencionados sugieren que, pese a todo, la economía tendrá un mejor desempeño durante el cuarto trimestre del año. Este desempeño se podrá validar y estimar cuando se conozca la derrama económica del Buen Fin. Este último evento ocurrirá entre el 18 y el 21 de noviembre.

Desafortunadamente es poco probable que la reactivación del cuarto trimestre compense el desempeño que tuvo la economía durante la primera mitad del año. Sin duda, habrá mejoras en la producción y el empleo al cierre de 2022.  Sin embargo, también creo que la economía, por sí misma, no podrá revertir su proceso de desaceleración.

En mi opinión, se necesitan políticas fiscales contracíclicas y un uso racional de los presupuestos públicos para mejorar el desempeño de la economía mexicana. Las políticas públicas, para bien o para mal, hacen que las economías crezcan y mueran. En ese contexto, esperemos que nunca tengamos que rememorar a la economía durante los días dos de noviembre.

jl/I