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Ingenuos
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El consumo de anabólicos y sustancias conocidas como "pre-entreno", utilizadas para aumentar masa muscular, energía y rendimiento físico, representa un riesgo grave para la salud e incluso puede provocar la muerte, advirtió el Dr. Ernesto Cardona, director del Instituto de Terapéutica Experimental y Clínica del Centro Universitario de Ciencias Sociales (CUCS).
El uso de anabólicos, derivados de la testosterona, está cada vez más extendido en ambientes deportivos. Aunque su objetivo es aumentar la masa muscular, también provocan un crecimiento del músculo cardíaco y vascular. Esto eleva la demanda de oxígeno en el organismo y genera desequilibrios en líquidos y electrolitos como sodio y potasio, lo cual puede derivar en hipertensión y arritmias, especialmente si la persona no está diagnosticada como hipertensa o se deshidrata durante el ejercicio.
“Los anabólicos también favorecen la retención de líquidos y dañan los riñones cuando se acompañan de dietas hiperproteicas. El desbalance electrolítico que provocan hace al corazón más vulnerable a perder su ritmo normal”, señaló el especialista.
Además del uso de anabólicos, Cardona alertó sobre la combinación de estas sustancias con bebidas energizantes que contienen cafeína, taurina y teobromina. Este coctel, muy popular entre jóvenes, puede tener consecuencias fatales. “Existe una cultura de la inmediatez: tomar algo que me haga sentir bien ahora, sin pensar en lo que le hace a mi salud en el futuro”, advirtió.
Lamentó también que muchas personas acudan al gimnasio sin someterse antes a una evaluación médica, lo que representa un riesgo mayor para quienes se ejercitan intensamente sin conocer sus condiciones cardiovasculares.
Para reducir riesgos, recomendó tres acciones principales: hacerse una valoración médica antes de iniciar cualquier rutina exigente, evitar el uso de anabólicos y suplementos energizantes, y optar por un desarrollo muscular natural. “La mejor actividad para el corazón es el ejercicio moderado. Aumentar la masa muscular más allá de lo normal puede resultar más perjudicial que benéfico”, afirmó.
Finalmente, sugirió que los gimnasios deberían contar con personal capacitado en primeros auxilios y resucitación cardiopulmonar (RCP), desfibriladores automáticos y exigir certificados médicos a quienes deseen inscribirse. “Muy pocos centros cuentan con estas condiciones mínimas de seguridad. Debería ser una norma básica”, concluyó.
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