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Abren primer CIPAM en Magdalena

(Foto: Alfonso Hernández)

El que se convertirá a partir de esta tarde en el primer museo en el municipio de Magdalena, Jalisco, tiene como tema principal la minería y la producción tequilera, ubicado en el corazón del pueblo y dentro de una de las casonas más representativas de la historia local. 

El Centro Interpretativo del Paisaje Agavero y la Minería (CIPAM), al que NTR accedió un día antes de su apertura oficial, no sólo reúne en las seis salas de exposición permanente la historia y las tradiciones de Magdalena, pensada para sus habitantes, sino que pretende invitar a los turistas locales y extranjeros a acercarse a ella y que la disfruten, aunque las actividades educativas están pendientes.

La apertura del centro interpretativo celebra los 10 años de la declaración del Paisaje Agavero como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y será el primero de tres, que también estarán en Arenal y Amatitán, y que estiman quedarán listos en octubre.

Entre obsidiana y tequila

El museo está dividido en seis temáticas, cuyo guion fue creado por Ignacio Gómez Arreola, miembro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hace 10 años. Pero dicho guion se modificó paulatinamente, según explicó Joao Rodríguez, director de Museos y Exposiciones de la Secretaría de Cultura de Jalisco, ya que los pobladores de Magdalena “se sienten más mineros que tequileros”, de ahí que se hicieron adecuaciones que “sólo al trabajar con ellos nos dimos cuenta” y que dieran mayor énfasis a la minería.

Así, el recorrido por el centro interpretativo comienza con la tradición de tumbas de tiro, con réplicas de ofrendas hechas para una mujer y un hombre, muestras de piezas arqueológicas de la zona perteneciente a la tradición Teuchitlán y Guachimontones, la elaboración del vino mezcal, las antiguas tabernas, la minería y, finalmente, el tequila. Además, tendrá una sala destinada para exposiciones temporales que por lo pronto está vacía.

“En las tumbas de tiro todo es réplica”, explicó Joao Rodríguez, mientras que en la parte arqueológica hay alrededor de 20 obras que pertenecen al ayuntamiento. En la sección de la minería, algunas familias artesanas prestaron sus piezas principalmente de ópalo obsidiana roja y amarilla, que es la más común de la región, a manera de comodato por dos años, mientras que los vestuarios y las herramientas de campo que se pueden ver en la colección fueron regalados.

Por otra parte, la Cámara Nacional de la Industria Tequilera donó cinco botellas conmemorativas, así como la empresa Sangre Azteca, sin embargo, el tequila que celebrará los 10 años de la Declaratoria del Paisaje Agavero como Patrimonio de la Humanidad llegará hasta octubre. Otra donación la hicieron los habitantes del municipio con fotografías personales que ilustran la tradición agavera, minera y social.

Hasta ayer a mediodía, en la visita de NTR al CIPAM, aún se trabajaba en la pintura de la casona, la colocación de las piezas en las vitrinas, el pasto y plantas en el patio central y demás detalles, ya que el objetivo es que hoy por la tarde, en la inauguración oficial, esté totalmente listo.

Edificio emblemático

La casona donde se encuentra el CIPAM se construyó en el siglo 19, en 1869, y desde entonces la compró la familia tequilera de Zenón Orendáin, explicó Eloy de la Torre, director de Patrimonio Cultural de Magdalena y actual encargado del museo.

“Esta casa pertenecía al sur de la plaza y era una de las mejores de la región”. Añadió que sólo es la tercera parte del terreno original, ya que la presidencia municipal (que está al lado) era “el rastro del edificio. Además, el biombo tiene el escudo original de la familia tequilera y los candiles de los corredores datan de 1905 y se compraron en Fábricas de Francia”.

Después de la familia Orendáin, en 1940, la casa fue vendida a otra persona y de su último descendiente fue a quien se la compró el gobierno del estado con un costo de 9 millones de pesos, añadió Eloy de la Torre. A partir de ahí, el trabajo de restauración fue de tres años, aunque estuvo abandonada tiempo atrás. 

La casa “estaba en un estado deplorable, había muros entre los arcos, enredaderas, la cantera del patio estaba encimada, la fuente original se perdió”, agregó el director de Patrimonio, pero con el Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE) se hizo la intervención, cuyo monto, según declaró anteriormente la secretaria de cultura, Myriam Vachez Plagnol, fue de 500 mil pesos.

Actualmente, el edificio cuenta con un patio tradicional con plantas de olor y pasto, además de las seis salas de exposición permanente y una para temporales, una oficina de vinculación y en el plan a futuro del ayuntamiento contempla crear en el segundo piso el archivo histórico del municipio, acompañado de una fototeca y mapoteca, adelantó De la Torre, ya que no se tiene uno en Magdalena. 

Sin director ni presupuesto

Desde noviembre de 2015 a mayo 2016, el Centro Interpretativo del Paisaje Agavero y la Minería estuvo abierto sólo los fines de semana, en los que ofreció exposiciones de artistas y artesanos locales. En total, 3 mil 100 visitantes llegaron al recinto.

La expectativa es que con la apertura oficial del CIPAM la afluencia sea mayor. “Creo que la vamos a mantener o a duplicar al menos entre semana”, explicó Eloy de la Torre, ya que los miércoles acude una escuela distinta, y los niños siguen con sus visitas, “quizá no les puede interesar lo que tienen expuesto, pero la casa les llama la atención porque es una finca a la que no es fácil entrar”.

Además, los habitantes están al pendiente de qué se tendrá en el lugar, ya que una vez al mes se ha presentado un concierto, ha recibido los recorridos de las haciendas y alberga al grupo de teatro de Magdalena que representa sus leyendas.

Sin embargo, el espacio ha trabajado desde noviembre pasado con dos personas voluntarias, que no tienen salario ni pertenecen a la plantilla del ayuntamiento, mientras que la dirección ha caído en el propio titular de Patrimonio Cultural. “Actualmente no tenemos plantilla”, explicó De la Torre, “el ayuntamiento pone a personal en su disposición”, pero para contratar encargados, guías y administrativos, o lo que requiera el espacio, “tendríamos que hablar con la Secretaría de Cultura”.

De la misma forma, De la Torre desconoce quién será el encargado de dar un presupuesto al CIPAM para su trabajo. “Me imagino que el estado debe tener un presupuesto, pero no estoy seguro, el ayuntamiento pone todo de su parte para hacerlo”, aseguró, pero todo depende del convenio que puedan tener los dos gobiernos. “No lo hemos tocado todavía, a detalle no”, agregó, “la presidente y la doctora Myriam son quienes llevan eso directamente”.

Para Joao Rodríguez, “todo indica que será el Municipio quien elija quién dirija (el museo) y dé el presupuesto”, aunque todavía es desconocido.

Continúa el campo

Al fondo de la casona del CIPAM no estará una barda blanca, sino que el pintor Juan José Becerra realizó un mural de acrílico en seco llamado Paisaje agavero, en el que la idea es imaginar que detrás de la pared le sigue el campo, con los magueyes, los caballos, los cerros y las nubes.

En un muro de 3 metros y medio, por 42 de largo, el artista originario de Guadalajara trabajó durante 52 días en el paisaje de su pintura, para ello tuvo que conocer la historia del municipio, sus leyendas y caminar por el campo de su alrededor.

Conócelo

Magadalena, Jalisco está a hora y media de Guadalajara por la carretera de cuota a Tepic, pero también se puede llegar por la libre. El Centro Interpretativo del Paisaje Agavero y la Minería está ubicado en la calle Hidalgo sin número, junto a la presidencia municipal y el horario de visita es de martes a domingo de 10 a 19 horas. La entrada es libre

 

HJ/I