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Quinto Patio

Como si el tema no ameritara suficiente importancia, fue a través de redes sociales que el gobernador Enrique Alfaro informó que eligió a como nueva titular de la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Jalisco a Francelia Hernández Cuevas. La designación, a partir de la terna que presentó el Comité Seleccionador, se dio “después de un proceso minucioso y totalmente transparente”, escribió. Y aunque en un párrafo destacó la trayectoria de la ungida, se le olvidó mencionar que Francelia Hernández Cuevas tiene en su expediente dos recomendaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) por violaciones a derechos fundamentales de niños y de trabajadoras sexuales, de casos por separado.

¿Se acuerda usted de la niña “güerita” de la Canaco, la que fue separada de sus padres y hermanos morenos por sospechosismos difundidos en redes sociales? Pues la próxima encargada de la Comisión de Búsqueda fue quien, allá por 2012, llevó el caso como agente del Ministerio Público, ordenó pruebas de ADN pasando por alto las actas de nacimiento y hasta mandó hacer pruebas ginecológicas y andrológicas, además de mandar a los menores a albergues sin sustentar las instrucciones, situación por lo que la CEDHJ señaló violaciones que mandó agregar a su expediente.

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Añadamos que también por allá de 2012, trabajadoras sexuales denunciaron que tras una redada las obligaron a firmar una declaración "con la amenaza de que en caso de no hacerlo, serían consignadas", situación que derivó en un acuerdo conciliatorio por el que la CEDHJ volvió a pedir a las autoridades estatales iniciar un procedimiento administrativo en contra de la entonces MP Francelia Hernández Cuevas.

A siete años de distancia, el gobernador presumió la expertiz de Hernández Cuevas en temas de desaparecidos, políticas públicas y programas relacionados con la procuración de la justicia, y destacó que es doctorante en Derecho y maestra en Seguridad Pública y Administración de la Justicia. Esperemos que los años de capacitación, experiencia y recomendaciones se reflejen en la nueva encomienda.

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Fieles al humilde estilo académico de autocitarnos como fuente confiable, faltaba más, recordamos que ayer comentábamos cómo la Fiscalía del Estado actualizó su Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición (Sisovid), de tal manera que redujo el número de personas “desaparecidas” y aumentó las de “no localizadas”. Las primeras pasaron de 7 mil 504 a mil 752, y las segundas crecieron a 5 mil 752. O sea, gracias a ese reacomodo, en la entidad son menos las personas desaparecidas. Algo similar a lo que (¡bendita aritmética!) argumentó el gobernador Enrique Alfaro en una rueda de prensa: si a la cifra de homicidios cometidos en Jalisco le restamos los cuerpos hallados en casas de seguridad, pues son menos los homicidios. ¿O no?

Ante lo ocurrido en el Sisovid, la agrupación Por amor a ellxs, de familias con desaparecidos, señaló que si bien la ley establece una diferencia entre “desaparecidas” y “no localizadas”, la Fiscalía omitió hacer públicos los criterios que usó para definir quiénes estaban en una u otra categoría. En consecuencia, pidió que se expliquen las razones. “Sabemos que la mayor parte de las carpetas de investigación no se actualizan con nuevos elementos a la velocidad que deberían, por lo que nos extraña que, sin haber suficiente investigación, hayan concluido que son personas no localizadas”, indicó. Pidió a la Fiscalía Especial que acate la ley. (A los desaparecidos las autoridades los desaparecen hasta de los registros oficiales. Así las cosas).

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da/i