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Incumplen promesas en represa El Cajón

Perjuicios. El proyecto de la presa El Zapotillo amenaza con inundar tres poblados en el río Verde y condicionar fuertemente a una región productiva que depende de las aguas de su cuenca. (Foto: Alfonso Hernández)

No es agradable la vida cuando llegan a tu casa y te avisan que deberás mudarte, pues van a inundar tu pueblo con las aguas de una nueva represa. Pero la calidad de vida de los poblados presuntamente beneficiados con esos proyectos, es decir, los que no se anegarán y estarán a las orillas del nuevo gran lago artificial, no necesariamente es mejor. No lo ha sido, de acuerdo al peritaje oficial del amparo 712/2013, entregado al juzgado primero de Distrito de Tepic, Nayarit, en abril de este año, para el ejido Cantiles, supuestamente beneficiado por el proyecto hidroeléctrico El Cajón, ubicada en el cauce del río Santiago, en Santa María del Oro, Nayarit.

Se trata de uno de los escasos estudios en un contexto de litigio judicial que se han realizado sobre cómo le cambia la vida a los afectados con las represas, y ha sido acercado al titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Toledo, en busca de fortalecer el expediente para cancelar el proyecto El Zapotillo, que amenaza con inundar tres poblados en el río Verde y condicionar fuertemente a una región productiva que depende de las aguas de su cuenca.

El informe fue elaborado por un grupo técnico interdisciplinario bajo el liderazgo de Alejandra Aguilar Ros, perito oficial, en un proceso judicial en que la comunidad agraria reclama afectación de derechos por la megaobra de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que no ha culminado a la fecha.

En esencia, la perito ha buscado demostrar si la ejecución de la obra mejoró o empeoró la calidad de vida de los poblados de Cantiles.

Desarrollo en duda

Primero, la advertencia: “La construcción del embalse no está relacionada con el incremento o desarrollo en educación, tampoco con su decremento de manera directa. De manera indirecta, el camino sí contribuiría al mejoramiento de la calidad de vida educativa de los habitantes de Cantiles, por el mejoramiento del acceso a localidades con mejores servicios. Tampoco está directamente relacionada con los servicios de salud”.

Con respecto a los servicios públicos que el embalse haya traído consigo, o gracias a éste, “realmente no existen. El camino no ha sido terminado (ni el que va de Real a Platanitos, y el que va de Platanitos a la presa se quedó como brecha sin mantenimiento); la luz sí la tienen, pero el servicio a casas es excesivamente caro y la luz pública la tienen que pagar los ejidatarios por lo que regularmente no cuentan con ella y, por lo tanto, no es pública; el agua depende de los manantiales que quedan, y por lo pronto no funciona el entubamiento, el acceso a la presa es muy restringido, no pueden utilizar el agua de ella”.

En cuanto a educación y salud, “son servicios que ellos han gestionado con el municipio”. El embalse afectó al medio ambiente –como estaba previsto–, “con la movilización y en algunos casos desaparición de fauna local. También afectó en la desaparición de humedales, esenciales para la alimentación del ganado local. Con ellos, el ganado no necesitaba pastura, lo cual es un gasto fuerte para los ejidatarios ahora”.

Por otro lado, “el embalse proporcionó otra fuente de ingreso: la pesca para uso comercial y de autosubsistencia. La pesca ha provocado menos movilidad en los ejidatarios, al no tener que ir a buscar trabajo tan lejos de su lugar de origen, esto no quita que de cualquier manera, buscan complementar sus ingresos. Sin embargo, el acceso al embalse no está garantizado para los ejidatarios. A pesar de contar con permiso de pesca, se les puede negar o restringir el permiso, de manera discrecional. Existen conflictos con los intermediarios del pescado y también al interior de la cooperativa, pues no hay experiencia en este tipo de organización. Pasaron de ser ganaderos/agricultores a ser ganaderos/agricultores y pescadores”.

La creación de empleos en esa nueva economía “es mínima: sólo por el lado de la pesca, y aun así es además de temporal (cosa que para ellos está controlado por veda, pero existen referencias de grupos externos al ejido que sin permiso acceden al embalse afectando la reproducción del pescado)”.

Por otro lado, “los ejidatarios resienten la serie de promesas hechas para realizar el embalse, y que no se cumplieron. Algunas de ellas son promesas que se encuentran en los acuerdos, otras no, pero se quedaron grabados en la memoria colectiva”. El impacto social “en suma sería fuerte en lo negativo: resentimiento, incomunicación con otros pueblos regionales, sistema de caminos fragmentado, menos accesibilidad a insumos que antes tenían gratis”.

Las promesas en El Cajón

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) cumple al construir 20 bordos comprometidos, pero “tienen muchos problemas: muchos se hicieron sin revestimiento, por lo que el agua se filtra; otros no tienen buenos bordes y se han destruido. Además, que al recibir a los trabajadores enviados por CFE recibieron continuos maltratos. Uno de los ejidatarios contó que al ver uno de los bordos chuecos protestó con los trabajadores y uno de ellos le preguntó que qué más esperaba, haciéndolo sentir que no tenía derecho a exigir”

La aplicación de un programa de mejoramiento de 50 casas “dejó mucho que desear. Para los ejidatarios la promesa era la construcción de las mismas, a algunos sólo se les entregó material, otras fueron entregadas con paredes y en su mayoría, los ejidatarios se encargaron de la construcción (paredes, techos, ventanas y puertas). Algunos ejidatarios reportan que sólo se entregó material para 12 o 13 casas”

La “rehabilitación y puesta en operación del sistema de abastecimiento de agua para uso doméstico, no indica exactamente qué tipo de obra se haría. Los ejidatarios constan que se construyó un pozo de agua, se instaló una bomba que duró un año funcionando y al averiarse, CFE se la llevó para arreglarla, pero no la volvieron a ver”

La “instalación de un corral de manejo de ganado equipado con báscula, trampa (…) sí fue realizada. El ganado prometido por la CFE (cinco vaquillas por ejidatario), es lo que más les pesa que no se haya cumplido. El gobernador de Nayarit les entregó una vaquilla a cada ejidatario -el gobierno de Nayarit de ese entonces ayudó con las negociaciones con la CFE como mediador, pero nunca se les entregó el resto, ni el programa genético para ellas”

Sobre la contratación “de cinco hijos de ejidatarios para laborar en la ahora ya construida presa, no se cumplió”

En cuanto a la construcción del camino, “terracerías, revestimiento y sello del camino Real de Acuitapilco a Platanitos, los ejidatarios aseguran que ellos son quienes han gestionado el camino ante el gobierno municipal de Santa María del Oro, no CFE. El camino de Real de Acuitlapilco a Platanitos, sólo está pavimentado algunos kilómetros, y el resto es terracería con bordes no muy bien hechos, que hace que el camino sea difícil para los vehículos, especialmente en tiempos de lluvia, por los continuos deslaves. Este camino, al igual que el camino que continúa al embalse de Platanitos a la presa sí fue abierto por CFE como parte de las obras para acceder al lugar de la construcción, pero relatan que fue abandonado en cuanto la presa estuvo hecha”

Los ejidatarios “refieren que la CFE no ha vuelto a las asambleas ejidales ni hace monitoreo de los compromisos con el ejido”

Fuente: peritaje social, juicio de amparo 712/2013, ejido Cantiles contra la CFE.

da/i