...
El buque-escuela mexicano Cuauhtémoc reanudó este miércoles sus operaciones tras chocar el pasado mayo con el puente de Brooklyn, en Nueva York...
Un estudiante de la UdeG habla en InformativoNTR sobre las protestas en los diferentes centros universitarios y su demanda de cancelar elecciones....
Más de 21 mil ingresaron a centros universitarios y los más de 67 mil restantes a las preparatorias del SEMS....
Le envía la misiva a Claudia Sheinbaum ...
El Instituto recuerda a las y los trabajadores que todos los trámites son gratuitos....
Los usuarios de OpenAI han comenzado a burlarse en las redes de los fallos y la inexpresividad del último modelo de ChatGPT, GPT-5, el nuevo chatbot ...
El investigador de Causa en Común, Fernando Escobar Ayala, señaló que el sistema de justicia no puede avanzar porque las fiscalías no son autónom...
A inicios de septiembre Donald Trump ordenó el primer ataque contra una embarcación que supuestamente estaba vinculada con ‘El Tren de Aragua’...
El boxeador Jesús Iván Mercado Cabrera, conocido en el ring como “Rafaguita”, fue localizado sin vida el pasado lunes 15 de septiembre en la car...
Se espera que figuras como Natalia Lafourcade o Bad Bunny lideren las candidaturas....
Jalisco inició sus actividades con un conversatorio en conmemoración del 70 aniversario de la publicación de “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo...
Estaba en el intento de dos amigos fresas de hacer un evento sobre carreras de autos deportivos. ...
Jueces nuevos renunciando
Porque nos la quitaron
Para el escritor José de la Colina (Santander, España, 1934-Ciudad de México, 2019), fallecido el lunes 4 de noviembre a los 85 años de edad, el periodismo cultural ha sido “el verdadero motor” de la cultura en nuestro país.
Notimex dio a conocer este domingo una charla hasta ahora inédita con el escritor, ocurrida en los momentos en que la prensa cultural se mantenía firme en el espectro generalizado de los medios de comunicación.
Decía en la entrevista:
“Cuando Fernando Benítez hacía los suplementos culturales, los extranjeros se asombraban, pues ni en países desarrollados había algo parecido. Creo que los suplementos culturales han ejercido las funciones que muy débilmente ofrecen las bibliotecas y las escuelas, siempre escasas. Han impulsado la cultura. Diga lo que diga don Vicente Fox, somos un país subdesarrollado en perpetua catástrofe educativa y cultural. En tales circunstancias, es asombroso el florecimiento del periodismo cultural mexicano”.
La plática, por supuesto, se llevó a cabo en los tiempos panistas. Aún no empezaban a desfigurarse los suplementos, como ahora, ni a desmoronarse la prensa cultural, como ahora.
– ¿Se leen los suplementos?
– Sí, parece que mucha gente los lee, aun si está en crisis. Se cerró el periódico Novedades (en 2002) y desapareció el suplemento El Semanario Cultural. Y el Sábado de unomásuno, que dirigía Huberto Batis, ya no existe. Otros suplementos tienen que basarse en las tijeras, porque no se les da presupuesto. Es el caso de Crónica. Y así van todos por el estilo. De paso diré que, afortunadamente, yo hago lo que realmente deseo hacer: escribir. Es decir, pese a la crisis, los suplementos, si mueren unos, renacen otros…
Quizás en aquellos tiempos sí. José de la Colina, en efecto, podía vivir tranquilamente de su trabajo periodístico porque antes de las tribulaciones que dieron inicio a partir de la segunda década del siglo 21 las cosas se han ido desplomando para la prensa cultural. Quizás por eso las palabras de José de la Colina ubican, de muchas maneras, un contexto cultural que se ha ido tal vez para siempre.
– Y en esta crisis cultural, ¿qué papel ha jugado la televisión?
– La televisión, para bien o para mal, está más sometida a los intereses comerciales de otros medios. Pero, para bien o para mal, este medio, el televisivo, es cultural, desde los noticiarios y documentales hasta las películas y sus series, aun fenómenos tan depravados culturalmente como las telenovelas. Se quiera o no, existe una cultura de la telenovela. A mí, que las he visto de paso, al zapear, y a veces por morbosa curiosidad, me parecen monstruosas por estúpidas. Pero, por lo visto, alguna gente las necesita y, por lo demás, ni un intelectual por cual puede presumir de tener ciertas bajas aficiones (a mí me gustaba ver a Gloria Trevi aun en sus idiotas performances, pese a que canta como King Kong y baila atrozmente). La cultura es una cosa que ocurre en todos los niveles, de arriba abajo, y de abajo hacia arriba. Es absurdo pretender que toda la gente sólo oiga a Mozart y lea a Marcel Proust. Un buen bolero, un buen cómic están bien. Pero el problema es lo desmedida que está la cultura idiota, la industria de la sentimentalidad y el lugar común. No puedo creer que la televisión, y particularmente Televisa, emita esas toneladas de vulgaridad, de oscurantismo, de mierda cultural, como hace Televisa que, por desgracia, es la verdadera secretaría de la cultura nacional. Y no tengo, en principio, nada contra la telenovela como género.
– ¿Por qué la gente ya no se interesa en la cultura? ¿Por los medios masivos de comunicación?
– No entiendo tanto ese “ya no”. La gente, en 80 por ciento o más, nunca se ha interesado en la cultura. Por ejemplo, hace suya una canción o un chiste, que puede ser un buen cuento, es decir una buena obra oral. ¿Quién es el autor de esa maravillosa canción que dice “los barandales del puente se estremecen cuando paso…”? La cultura se hace hasta por quienes ni siquiera podrían definir esa palabra. Hablar, solamente hablar es hacer cultura. El más salvaje aborigen de la recóndita selva, si entona un canto, hace cultura, la suya. Quiero decir que la cultura no es solamente una cosa que ocurre como un ensayo literario, una obra pictórica o un cuarteto de cuerdas.
– ¿Cómo han contribuido los suplementos a la formación de la cultura nacional?
– Según mi experiencia, y he pasado por casi todo el periodismo cultural de México, sí se leen. Insisto: la cultura mexicana se ha hecho más en las publicaciones periódicas que en los libros. Quizás eso esté mal, pero así es. Y claro que sería mejor que se leyeran libros. Pero hay miedo al libro. (…) En México se necesitan bibliotecas, muchas y muy bien esparcidas bibliotequitas. Y con rico surtido y con todos los niveles de obras. Las obras minoritarias mueven la cultura. Los libros y los suplementos deben existir aun si llegaran a no tener más que un lector.
jl/i