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Covid-19. Los presidentes en la mira

La pandemia del Covid-19 ha puesto de relevancia, una vez más, que las crisis constituyen el principal termómetro para medir la capacidad de respuesta del aparato gubernamental, específicamente, el liderazgo político que detenta el Poder Ejecutivo. El desarrollo de la pandemia ha puesto en el centro del debate político y en la mirada de la opinión pública el comportamiento que los presidentes han realizado para contener, en términos económicos y de salud, los efectos perniciosos de la epidemia. Existe abundante material que documenta la relación entre las acciones realizadas por los liderazgos políticos europeos y sus efectos en la opinión pública de sus respectivos países. 

Con la llegada de la pandemia a Latinoamérica, los liderazgos políticos de la región se han visto emplazados a definir e implementar una serie de políticas para afrontar una crisis que se ha presentado de manera inesperada, pero cuyos efectos podrían resultar devastadores. Si bien en la mayoría de los países aún no se ha llegado a la cúspide del contagio y aún no se pueden evaluar los saldos de la acción presidencial, las encuestas realizadas en diversos países suministran suficientes datos sobre el juicio que la opinión pública emite sobre las acciones que han desarrollado hasta el momento. 

En un amplio y documentado estudio publicado por Diálogo Político, de la Fundación Konrad Adenauer, se analiza la relación entre las acciones gubernamentales y su valoración por la opinión pública a partir de la formulación e implementación de las medidas sanitarias para contener la propagación del virus. Se encontró que en los países que se anticiparon a decretar la cuarentena, sus mandatarios incrementaron sustancialmente sus niveles de aprobación. En el período comprendido de febrero a abril, Alberto Fernández, presidente de Argentina, pasó de 49 a 76 por ciento de aprobación; Martín Vizcarra, de Perú, de 53 a 83; Iván Duque, de Colombia, de 23 a 63. 

En contraste, en los países que manifestaron una respuesta tardía en la implementación de las medidas de distanciamiento social y cuarentena, las encuestas señalaron una sanción contundente por parte de la opinión pública, que se tradujo en una drástica caída en su aprobación. Fue el caso de Lenin Moreno, presidente de Ecuador, que experimentó una caída de dos puntos (23 a 21), en el mismo grupo se encuentra el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, cuya caída fue de nueve puntos porcentuales (51 a 42). 

Empero, el descenso más dramático fue el padecido por el presidente Andrés Manuel López Obrador, al perder, en el lapso referido, 15 puntos de aprobación (62 a 47), en la que ha sido su mayor caída desde que inició su mandato. En su artículo, los autores atribuyen la caída de ambos mandatarios a la actitud displicente que observaron hacia la gravedad de la pandemia. Bolsonaro exhibió una férrea resistencia a la adopción de las medidas que la OMS señalaba como indispensables; López Obrador, sin llegar a ese extremo, trivializaba en sus conferencias mañaneras las recomendaciones sanitarias que el doctor Hugo López-Gatell, responsable del combate a la pandemia, establecía en sus conferencias vespertinas. Al hacerlo, además de demeritar al vocero, generaba, de manera irresponsable, confusión entre la ciudadanía. 

Las crisis emplazan a los mandatarios al escrutinio de la opinión pública, sus acciones u omisiones son sometidas a un juicio implacable. “Las crisis –escriben los autores– pueden operar como mitos fundacionales de una gestión o ser el epílogo de un liderazgo”. 

Twitter: @fracegon

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