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Un voto libre, responsable y consciente

Nuestro estado de Jalisco vive un momento muy crítico. La violencia es fondo y forma en este proceso electoral. Así, la inseguridad pública se ha convertido en un actor electoral. Hay hartazgo de la población, pues se siente vulnerable ante los delincuentes. 

Los desplazamientos forzados en Teocaltiche de los últimos días no son “hechos aislados”. Nuestra memoria social nos advierte que lo mismo dijeron las autoridades del pasado, incluido el gobernador, cuando fungió como alcalde del municipio de Guadalajara. Hoy los asesinatos, las balaceras, las desapariciones y las fosas comunes son parte de la vida cotidiana de Jalisco. 

Los sacerdotes y laicos integrantes de la Pastoral Profética de la Arquidiócesis de Guadalajara impulsan la participación de los laicos, invitándolos a la emisión de un voto libre, responsable y consciente. Proponen a las personas de buena voluntad los siguientes siete criterios para emitir un voto responsable: 

Involucrarse en el proceso electoral. El voto es un derecho y un deber fundamental, por tanto, nadie debería privarse de votar. Recordamos que la iglesia no tiene ni avala un partido político, o un determinado candidato, pero se invita en general, a todos los ciudadanos, a involucrarse en la política con la participación en el debate democrático con seriedad y responsabilidad. 

Reforzar con el voto el comportamiento ético en la sociedad y acabar con la corrupción. Es inmoral e ilegal comprar y vender votos, porque atenta contra la dignidad de la persona y el desarrollo integral de todos. 

Las elecciones no deben seguir generando mayores enfrentamientos, sino promover el respeto, el diálogo y la creatividad política que necesita nuestro México. Campañas que piensen en el bien común; campañas políticas que se sustentan en intereses particulares, que se financian ilícitamente o que derrochan injustamente el dinero; atentan contra la democracia y generan confusión en el electorado. 

Analizar la trayectoria y propuestas de los candidatos, para otorgar el voto responsablemente. Se debe tener la convicción moral de que la persona, el proyecto político y el equipo de trabajo que se eligen, aportarán al bienestar de todos los ciudadanos. 

Considerar bien las problemáticas que tiene nuestro estado, para elegir adecuadamente a los candidatos que logren poner en marcha soluciones de fondo. No dejarse llevar simplemente por propuestas populistas, de izquierda o derecha, o por simpatías y antipatías o por intereses particulares. 

Elegir a quienes les duela la realidad de todos los ciudadanos. Nuestro estado de Jalisco necesita legisladores y munícipes íntegros, honestos, dignos, competentes, capaces de vencer la corrupción, la violencia y la desaparición forzada, y que se preocupen por la salvaguarda de la casa común, decididos a afrontar la injusticia, el desempleo y falta de oportunidades; y a trabajar por los excluidos y marginados. 

Asegurar nuestra sociedad jalisciense sobre valores fundamentales y proteger su institucionalidad. Los ciudadanos debemos afrontar, con claridad y determinación, las opciones políticas y legislativas que contradicen los valores fundamentales y los principios antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano. 

Se debe apoyar con el voto, a quienes defiendan la dignidad de la persona, la vida en todas sus etapas, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, el derecho primario de los padres en la educación de sus hijos, la libertad religiosa y defiendan las instituciones democráticas. 

Por último, a los ciudadanos católicos que participan en el proceso democrático por algún puesto de elección popular, se les invita a participar con la conciencia de que la política implica afrontar retos con la orientación de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Una doctrina que exige una economía solidaria, y que cuestiona los modelos que multiplican la pobreza y la violencia. 

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jl/I