INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Guadalajara: la rebelde e insumisa

La otra historia de Guadalajara, la poco conocida, la de protestas públicas que incomodan a grupos de poder, la de movimientos sociales clásicos o emergentes, es diferente a las versiones oficiales. Los relatos de quienes se han opuesto a la “normalidad” autoritaria, injusta, favorable a élites en turno, está por construirse o reconstruirse. Ya no se trata solo de personajes que encabezaron rebeldías, sino de esos pequeños grupos o multitudes que, incluso sin líderes, se movilizaron para demandar cambios en normas, costumbres, acciones, creencias y políticas objetables, cuestionables, del poder o la ideología dominante, que no representaban el pensar y sentir de todos.

De quienes, tildados con numerosos motes como herejes, subversivos, apóstatas, hechiceras, radicales, violentos, activistas, putos, desestabilizadores, utópicos, insurrectos, provocadores, inmorales y una larga lista que pretende descalificarlos y descalificarlas, han reivindicado desde exigencias laborales hasta la defensa de derechos humanos. De quienes en muchas ocasiones fueron víctimas de represión, hostigamiento, desprecio. De aquellos y aquellas que, exponiendo su libertad y hasta la propia vida, formaron y son parte de esa incompleta y soterrada visión del pasado tapatío que puede explicar el presente.

En el 481 aniversario de la ciudad, celebrado ayer, podemos asomarnos en el libro Guadalajara rebelde: pasado y presente, a los relatos “de una ciudad que, por más que se le represente como indiferente, resignada y acomodada a los dictados de los poderosos, ha sido reiteradamente insumisa”, puntualiza la coordinadora del texto, Elisa Cárdenas Ayala. Publicado por el Taller Editorial La Casa del Mago, en junio de 2022, la introducción informa que las investigaciones son producto del taller universitario Guadalajara: pasados insumisos, y expone que “desde la infidencia a la Corona española a principios del siglo 19 hasta la producción de archivos digitales para el siglo 21, diversas formas de lucha, vinculadas a creencias religiosas o a reivindicaciones políticas, a demandas de apertura de la moral y del espacio público, por la vía cívica individual o colectiva, y aún por la vía armada, muestran las múltiples formas de la insumisión de la ciudad y de sus habitantes”.

El libro surge luego de la represión policiaca del 4, 5 y 6 de junio de 2020, de la actual administración de Enrique Alfaro, con detenciones ilegales, torturas, desapariciones, amenazas, abusos sexuales, contra decenas de manifestantes que demandaban justicia por la muerte del joven Giovanni López a manos de policías de Ixtlahuacán de los Membrillos, en el contexto de la pandemia de Covid-19.

Jaime Ezequiel Tamayo Rodríguez detalla que en el siglo 20 y 21 han sacudido a Guadalajara diversos movimientos: el obrero, el campesino y el estudiantil, entre los “clásicos”, y el urbano popular, el feminista, el lésbico-gay, el pacifista, el de lucha por los derechos humanos, el ecologista y los político-electorales, que son “emergentes” o “nuevos”. En el mundo, actualmente, se expresan grandes movimientos sociales, y en este siglo todo indica, señala, que continuarán teniendo un papel central en las luchas sociales de la humanidad los movimientos por la equidad de género, por el equilibrio ambiental y contra la violencia (antinucleares, antiguerra y antirrepresión).

Cuando camine alrededor de palacio de gobierno, recuerde que el 23 mayo de 1911 ocurrió ahí la masacre de una multitud de tapatíos que derivó en la renuncia del gobernador porfirista Manuel Cuesta Gallardo; o si va al Teatro Degollado, anote que la puesta en escena del Lago de los Cisnes ocasionó en 1950 un escándalo al ser acusadas de “inmorales”, por usar tutú y enseñar las piernas, alumnas de la academia de danza de la maestra Helen Hoth.

La historia rebelde continúa. La vemos, por ejemplo, en colectivos de familias con desaparecidos y los que pelean contra la violencia de género.

Twitter: @SergioRenedDios

jl/I