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La verdad eclipsada

El silencio ante las violaciones de derechos humanos se convierte en su cómplice. Lo que no se nombra, no se dimensiona; y resulta más fácil evadir la toma de conciencia y normalizar las violencias a nuestro alrededor.

Marzo destacó por varios casos de desapariciones de personas que posteriormente han sido localizadas. A finales del mes, mediante un boletín, la Fiscalía de Jalisco compartió que entre el 18 al 24 de marzo fueron localizadas 37 personas, señalando que todas las personas fueron “reintegradas a su núcleo familiar”. Sin embargo, no compartieron motivos, ni circunstancias de estos casos, lo que ha sido tendencia constante durante este sexenio. Nos enteramos sobre localizaciones de personas sólo a través de breves comunicados o monitoreo de cifras en registros.

Asimismo, en marzo, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco encontró en El Salto hornos crematorios clandestinos. Ante esta situación, la Fiscalía solo informó sobre el procesamiento del sitio y resultados parciales del proceso de identificación. A pesar de que esta práctica de deshacerse de los cuerpos representa un método sumamente cruel de desaparecer a las personas sin dejar rastros y, además, ha sido documentada en dos ocasiones el año pasado: en Lagos de Moreno y Tlaquepaque, a la fecha no se ha compartido más.

Conforme al Protocolo Homologado de Búsqueda cada localización debe documentarse con un informe de localización, el cual incluye, entre otros contenidos, las circunstancias de localización. Aunque se entiende que ciertos datos pueden comprometer la seguridad y la integridad de personas, la falta de información sobre las causas y los detalles de lo que está pasando impide no sólo comprender el contexto, sino sobre todo no permite desarrollar acciones de prevención y establecer estrategias efectivas y diferenciadas de investigación y búsqueda de las más de 14 mil personas desaparecidas en la entidad, recordando en este sentido que todavía queda el gran pendiente de crear el Programa Estatal de Búsqueda.

A lo largo de este sexenio la expresión de hablar de frente y con la verdad ha sido (ab)usada principalmente por el gobernador de Jalisco, quien recalcó que “el tema de desaparecidos no va a volver a ser un secreto ni un tema escondido por el gobierno”. Sin embargo, hemos estado saturados de datos parciales, control de narrativas para contener las crisis, los silencios y las verdades que no corresponden a la realidad, y menos la de víctimas.

El 24 de marzo se conmemoró el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos, que recuerda las obligaciones de las autoridades de esclarecer los abusos y proporcionar información completa sobre resultados de las investigaciones. El derecho a la verdad corresponde a las víctimas y a la sociedad en general, y constituye un medio para que las violaciones no se mantengan en impunidad y olvido.

Sin garantizar el derecho a la verdad; la justicia, la reparación integral y la no repetición parecen ilusorios, y resulta desafiante ejercer la rendición de cuentas. Recordatorio aún más vigente en tiempos de transición política.

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