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Aciertos y desafíos del gobierno federal 

Al cumplirse el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador podemos tener mejores elementos para evaluar los aciertos, las fallas y considerar los principales desafíos que tienen el presidente de la República y su equipo de gobierno. 

Frente a las expectativas generadas, el desempeño del primer año puede ofrecernos un panorama más realista de los claroscuros, y como ciudadanos nos anima a seguir exigiendo el mejor desempeño posible, al tiempo de que ajustamos nuestras expectativas sobre el gobierno. 

Un liderazgo fuerte es fundamental para llevar adelante el proyecto que Andrés Manuel López Obrador se propone. El liderazgo de AMLO es indiscutible, pero con frecuencia lo ejerce de manera unipersonal, con el riesgo de caer en desplantes autoritarios, especialmente cuando las cosas que propone no le salen como quisiera. 

Por ello se torna importante que el presidente escuche los argumentos de quienes se oponen a sus proyectos, que se abra al debate con quienes piensan diferente. Incluso, podría encontrar puntos de convergencia con otros líderes importantes del país y de los movimientos sociales, dispuestos a trabajar en un proyecto de nación o en algunos aspectos coincidentes. Aquí el reto fundamental es que el presidente ejerza un liderazgo compartido, particularmente en las áreas que él no domina y donde cuenta con colaboradores competentes que pueden facilitar el trabajo del equipo de gobierno, como son Olga Sánchez Cordero y Marcelo Ebrard. 

Andrés Manuel López Obrador debe ser más receptivo con la crítica que puede ayudarle a mejorar su gestión. En esta semana, Amnistía Internacional (AI) presentó el informe México, cuando las palabras no bastan. Se trata de una fuerte crítica a la situación real de los derechos humanos en México. Si bien los problemas de inseguridad, tortura, desapariciones, violencia contra las mujeres, etcétera no iniciaron con AMLO, el recuento de los agravios, más allá de las cifras, exige al gobierno mexicano mayor coherencia entre el discurso, las políticas de prevención, precisión en los protocolos para contener los feminicidios, así como mayor precisión en el diseño y evaluación del impacto de las políticas de seguridad (El Diario NTR 28/11/2019) 

La difícil relación con Estados Unidos ha tenido muy ocupados al canciller y a la secretaria de Gobernación. Donald Trump seguirá buscando mecanismos de presión sobre México para mantener su ventaja estratégica. Hoy presiona para que se catalogue a los cárteles del crimen organizado como terroristas y así tener mayor injerencia. México propone la cooperación de ambos para enfrentar a la delincuencia organizada trasnacional, lo que debería incluir un papel más decidido de los Estados Unidos con respecto al tráfico de armas. 

Frente a la migración centroamericana, México debe tener mucho más claro su papel para no sólo jugar el rol de país de contención y rechazo que más conviene a Estados Unidos. Para México, el reto fundamental es diversificar sus relaciones, reforzar su estrategia hacia Latinoamérica, estrecharla con la Unión Europea y los países asiáticos. 

Urge precisar una política económica integral, que incluya la creación de empleo bien remunerado y afinar las estrategias de combate a la desigualdad tanto en la distribución del ingreso, como en el desarrollo regional. 

Un gobierno necesita el reconocimiento y la legitimidad de los ciudadanos a quienes gobiernan. La fiesta, la celebración multitudinaria en el zócalo de la Ciudad de México tiene la función de mostrar la fuerza y refrendar el apoyo popular hacia el líder y su proyecto de gobierno. Es importante celebrar las metas alcanzadas, pero también tomar fuerza para enfrentar los principales desafíos que este gobierno tiene, entre otros, mejorar su desempeño y alinear con coherencia el discurso y la acción. 

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