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Salón de la Poesía: oasis entre el bullicio de la feria

(PÚBLICO. Ese espacio de la poesía tiene más de una década formando parte de la FIL. Foto: Cortesía EFE)

Los versos y las rimas del Salón de la Poesía se convierten en un oasis entre el bullicio de los pasillos de la FIL, un espacio que este año regresa con más fuerza para promover ese género literario.  

Los lectores llegan puntuales a la cita con la poesía. Días antes tuvieron que apartar su lugar con un pre registro pues el espacio es pequeño, aunque eso no importa cuando las ganas de estar son muchas, incluso aunque vengan de alguna otra ciudad.  

Una vez dentro, escuchan a las y los poetas como quien oye una homilía, no con devoción, pero sí con la emoción a flor de piel. La cercanía con los autores, su voz que marca el ritmo de los versos se transforma en un momento de éxtasis, de una belleza difícil de describir. Hay que sentirla antes que describirla. 

Cientos de poetas y poetisas de todo tipo de formas de concebir la poesía han pisado este escenario tan íntimo y universal, en el que pareciera no haber jerarquías y en el que cabe lo mismo la poesía performance que la que se escribe en lenguas indígenas.  

La coordinadora del Salón de la Poesía, Daniela Ascencio, dijo que la FIL quiso tener este lugar dedicado a los versos como una manera de impulsar el género y que el público en general no lo viera como inalcanzable o “difícil de entender”.

LA JOYA DE LA CORONA

Este año, la poetisa mexicana Rocío Cerón fue parte de las invitadas a este salón que físicamente suele estar lejos de los reflectores y cientos de actividades que se desarrollan en esta feria, considerada la segunda más importante de habla hispana.  

La autora aseguró que considera a este espacio como “la joya de la corona”, pues es el único espacio dentro de las ferias del libro en México exclusivamente dedicado a mostrar a los autores con obra poética, un género tan poco comercial en Latinoamérica. 

“Es el corazón de la feria, con la idea de que el público pueda oír a los autores, la gente va gustosa a escuchar otro tipo de temáticas, a comprar los libros. Aún en la feria y con su pluralidad de temas, la poesía sigue siendo la joya de la corona”, aseguró.   

Una de las particularidades del salón es que propicia el diálogo intergeneracional poniendo a poetas jóvenes a dialogar con los más reconocidos, o bien, siendo un escaparate para que los más nóveles presenten su trabajo.  

El Salón de la Poesía tiene más de una década formando parte de la FIL. Hasta hace 2 años, los lectores y los autores se encontraban en un espacio relajado y acogedor en el que el tequila, la bebida tradicional mexicana, era repartido entre los asistentes como un plus para ayudar a amenizar la tarde-noche. 

Luis Gómez es un asiduo asistente a la feria. Contó que el Salón de la Poesía es único porque le permite estar cerca de los autores cuyos versos ha leído en algún libro. 

“Me atrae la intimidad del espacio, pero sobre todo, escuchar la entonación de la propia voz del autor, esto es, la manera en que enfatizará o diluirá sus propias palabras, el ritmo con el que el que leerá sus propios versos, sobre todo cuando leen algún poema que uno no conoce”, explicó. 

jl/I