INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Reformas sin fin

Nuevamente las autoridades educativas de nuestro país ponen a consideración la reforma educativa que entrará en vigor hasta el Ciclo Escolar 2023-2024. Pareciera todo un difícil misterio resolver qué necesitan nuestros alumnos, nuestros hijos para educarse para el actual momento histórico. Pareciera imposible saber el perfil de maestros y la manera de resolver ante la gran ausencia de profesores preparados para enseñar a los nacidos en el actual siglo. 

Los expertos en el diseño curricular añaden y eliminan párrafos, reestructuran, replantean conceptos, abundan explicaciones, cambian redacciones, anexan autores y referencias. Se discute sobre perfiles de ingreso de los estudiantes y su perfil de egreso de cada sección educativa; rediseñan ejes articuladores y campos formativos de lo que se le llamará “la nueva escuela mexicana”. 

Se espera, a partir de la educación, formar una nueva sociedad integrada por ciudadanos y ciudadanas que convivan en la democracia ante la diversidad con maestros y maestras revalorizados. Hay una enorme preocupación por la igualdad de género, la inclusión, el pensamiento crítico, la interculturalidad crítica que evita exclusiones por clases sociales, discapacidad, sexo, etnia, género respetando los derechos sexuales y erradicando la violencia. 

Ojalá que al final entiendan que este país lo que requiere es dejar de mirar hacia atrás y mirar al frente. Que nuestros niños egresen de la educación básica dominando el inglés como mínimo y obtengan una certificación internacional. 

Que los estudiantes tengan una gran vocación científica y tecnológica a base de estar en contacto con la computadora, los smartphones, las aplicaciones, la programación y la robótica, el diseño 3D y su impresión en impresoras de plástico. 

Que sepan trabajar en colaboración y socializar. Que desarrollen habilidades para emprender y generar autoempleo, y tengan al menos las herramientas básicas para llevar una vida financieramente sana. Que sumen a sus saberes la base de la administración, la contabilidad y la legalidad de contratos y documentos a los que se enfrentarán durante su vida. 

Que sepan reconocer sus sentimientos y la transformación de sus emociones consecuentes en energía que construya y edifique su vida, y no que la destruya. Que sepan de principios éticos básicos y los ejerzan durante su vida basándose en el respeto y la consideración de todo ser viviente y para ello cuidar de la propia salud y la de los demás creando un mundo sustentable. 

La educación en el fondo es tan sencilla de entender y en la forma buscan los supuestos expertos complicarla tanto que la vuelven rebuscada, enrevesada. Debieran estarse preocupando por encontrar e involucrar a maestros bilingües, tecnológicos, buenos seres humanos en lugar de estar cambiando artículos, sustantivos, verbos y adjetivos para decir lo mismo o no decir nada en términos de adelantar nuestra educación, que sigue ocupando los últimos sitios del ranking mundial. 

jl/I