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Elecciones sin boletas braille: una regresión

El domingo 1 de junio de 2025 se realizarán las elecciones en las que se definirán diversos puestos del Poder Judicial de la Federación; sin embargo, derivado de la logística de la jornada, las personas con discapacidad visual enfrentarán exclusión en su participación ciudadana resultante de la falta de boletas elaboradas e impresas en sistema braille. Al respecto, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha referido que por la falta de tiempo y el recorte presupuestal no habrá boletas en dicho sistema para el proceso electoral.

Así, la falta de esas boletas propiciará discriminación social, exclusión en la participación ciudadana, rechazo y vulneración de los derechos de la población con discapacidad visual. Si bien el INE ha referido que las personas en esta condición podrán acudir con una persona de su confianza, eso no corresponde a prácticas inclusivas.

La exclusión mostrada transgrede lo propuesto por la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad. Los documentos antes referidos indican que las personas con discapacidad, lo que de manera tácita involucra a las personas con discapacidad visual, son sujetos de derechos, a quienes el Estado, la nación y la sociedad deben brindarles las condiciones para su participación en los múltiples contextos de su vida.

Así, debemos tomar esa exclusión no sólo como motivo de señalamientos, sino como una oportunidad para reflexionar entorno a nuestras acciones, por lo que para futuras elecciones se sugiere:

  • Hacer una consulta ciudadana a las personas con discapacidad visual para preguntar cómo es posible la inclusión en estos procesos
  • No asumir que todos tienen una persona de confianza
  • Permitir que las personas con esta condición sean autónomos y que no dependan de los demás para una decisión que es libre y secreta
  • Garantizar que toda persona con discapacidad visual tenga la libertad de decidir si participa o no en este tipo de procesos y no que su participación se afecte por la falta de inclusión.

Es momento que nos reconozcamos como agentes de cambio social para que de esa manera podamos construir una sociedad más inclusiva para con las personas con discapacidad visual y en general.

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jl/I