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Marea humana

Ai Weiwei es un artista chino difícil de definir. Hijo del disidente poeta Ai Qing, se ha dedicado a varias actividades, pero todas ellas relacionadas con el arte: desde la fotografía hasta la arquitectura, pero principalmente ha sido activista, luchando por la libertad de expresión. A propósito de la visita que hará a México en los próximos días, volví a ver un documental de su autoría, Human Flow, estrenado en 2017, relacionado con el problema de la migración.

El documental expone la realidad que viven los refugiados en diferentes partes del mundo, y que lo llevó visitar más de 20 países en su realización. La idea de elaborar el filme surgió cuando, después de le fuera devuelto su pasaporte por las autoridades chinas, se encontraba vacacionando en las costas de Grecia y presenció la llegada de una embarcación desbordada con refugiados procedente de Irak.

La Convención de 1951 relativa al estatuto de los refugiados los define como la “persona que, por temor justificado de ser perseguida por su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social concreto u opinión política, se encuentra fuera del país de su nacionalidad y no puede o, debido a ese temor, no quiere aprovechar la protección que le ofrece dicho país” y es una prioridad de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Como apoyo a las impactantes imágenes de la cinta presenta datos relativos a la situación de los sitios visitados. Por razones de espacio, incluyo sólo algunos:

Más de 65 millones de personas han sido desplazadas por la fuerza de sus hogares.

Hay 277 mil refugiados en Irak, la mayoría huyendo de Siria.

500 mil de la minoría rohinyá han huido a Bangladesh, Tailandia y Malasia debido a violaciones, saqueos y persecuciones en su contra.

Unos 13 mil refugiados se reunieron en Idomeni, una aldea al norte de Grecia, esperando que se abriera la frontera de Macedonia.

Cuando el Muro de Berlín cayó en 1989 había 11 países en el mundo con cercas y muros fronterizos. Para 2016, 70 países los habían construido.

Alrededor de 1.3 millones de sirios han cruzado a Jordania buscando refugio de la guerra siria.

Jordania se ha convertido en el hogar de más de 2 millones de refugiados palestinos y sus descendientes.

30 millones de kurdos viven en las montañas a lo largo de Irán, Irak, Siria y Turquía.

El ejército turco desplazó en 2015 a 500 mil kurdos.

El 80 por ciento de los habitantes de Gaza depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir.

África subsahariana alberga a 26 por ciento de todos los refugiados en el mundo.

Desde 1979, Pakistán ha recibido hasta 3 millones de refugiados afganos. Ahora, Pakistán deporta a todos los refugiados afganos por “razones de seguridad”. Devastado por las invasiones británicas, soviéticas y estadounidenses y las insurgencias locales, Afganistán es ahora uno de los países más inestables y violentos del mundo.

Alemania es el principal destino europeo para los refugiados, con más de 1.2 millones de solicitudes de asilo presentadas en 2015 y 2016.

En Calais, Francia, puerta de entrada para muchos refugiados que intentan ingresar al Reino Unido, en 2016, 10 mil refugiados vivían en el campamento improvisado conocido como La Selva.

En junio de 2014, más de medio millón de residentes huyeron de Mosul de la brutalidad de ISIS. Adicionalmente, más de 300 mil personas fueron desplazadas.

En 2016, más de 5 mil refugiados se ahogaron tratando de cruzar el mar Mediterráneo. Cada día, 34 mil personas alrededor del planeta huyen de sus hogares para escapar del hambre, la pobreza y la guerra.

México no es la excepción a este problema: en estos días se vislumbra una crisis inminente en ambas fronteras, precipitada por las caravanas de migrantes y las amenazas de Trump de cerrar la frontera. ¿Podrá el gobierno mexicano salir airoso de este trabuco? ¿Quedará bien con Trump o con los migrantes? ¿Tendrá la marea humana estatus de refugiada cuando sólo van en tránsito a EUA?

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JJ/I