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Su nombre no es María, sino Lelé


La Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas (UACI) de la Universidad de Guadalajara inauguró ayer una pequeña exhibición con muñecas tradicionales del tamaño de una persona de cuatro culturas: purépecha, otomí, wixárika y mixteca, que estarán al alcance de los transeúntes del Centro de la ciudad para continuar con una conversación necesaria que salvaguarde a los pueblos indígenas del país.

En todas las culturas los juguetes son una forma directa de representación de la cosmogonía de un grupo de personas y su percepción de sí mismas. Las muñecas de las culturas indígenas, hechas casi siempre de trapo y de otros materiales más tradicionales, no son la excepción y a pesar de que desde hace años han sido comercializadas en cantidades bajas y reproducidas como parte de cierta identidad nacional, no han servido para que los habitantes de las ciudades tengan una visión más amplia de las culturas que aún resisten fuera de la colonización tan cerca de sus ciudades.

Las representantes de las comunidades indígenas invitadas a la inauguración comentaron que estas muñecas tienen la consigna de enviar un mensaje contra el racismo y la discriminación de las ciudades, que les llaman Marías a las mujeres indígenas y que reconocen a estas muñecas, sobre todo a las otomíes, con el mismo nombre.

“No nos llamamos Marías. Todas tenemos nuestro nombre propio, nuestra identidad y se nos tiene que reconocer”, dijo Esperanza Pérez Ruíz, integrante del grupo de mujeres indígenas Jucha No Miri Kurini Erambikua.

“A estas muñecas no les llamamos Marías como muchos les dicen erróneamente, nosotros les llamamos lelé, que significa bebé”, dijo por su parte Elizabeth Valdez Aguilar, integrante del grupo Hi No Be di ma T’edi, rescate del telar de cintura e integrante de la comunidad otomí en Jalisco.

Las cuatro muñecas que ahora estarán en el lobby de la Rectoría General de la Universidad de Guadalajara hasta el 28 de octubre, cuyo acceso es gratuito y abierto al público, cuentan con cuatro vestimentas tradicionales de las comunidades indígenas que tienen más presencia en la Zona Metropolitana de Guadalajara, cada uno con sus símbolos y sus tejidos especiales para que se aprecien de cuerpo completo.

“Son tejidos hechos a mano, de materiales especiales de nuestro territorio, que cuestan mucho dinero y trabajo y que aun así la gente en las ciudades nos regatea”, dijo Juana Facundo Rodríguez, integrante del grupo Ar lele nñañho, residentes de la cultura Nñanñho en Guadalajara.

Para saber

Según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), referente a 2015, en el ZMG hay 56 mil personas pertenecientes a pueblos originarios

JJ/I