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Biden ya está gobernando

Las expectativas no se cumplieron, fallaron las encuestas que le daban una cómoda ventaja a Biden, como también la especulación financiera-electoral, en la que predominaron las apuestas de que Trump ganaría. 

¿Qué implicaba para México que quedara uno u otro? A partir del T-MEC, no se espera que haya cambios sectoriales de fondo con uno u otro gobierno. 

De acuerdo con los resultados que entre comillas son preliminares, todavía tendrán que ser ratificados por el Colegio Electoral Estadounidense, tenemos las siguientes situaciones: 

  1. En migración y remesas, parecería que los demócratas son más flexibles e incluyentes que los republicanos. Sin embargo, esa imagen no ha sido corroborada en la realidad. Pese a las estridencias de Trump y su muro, Obama marcó el alza en la represión y deportación hacia los trabajadores indocumentados. 
  2. En la cuestión ambiental, los demócratas pueden ir hacia mejores regulaciones locales, pero también hacia una mayor presión de prácticas contaminantes hacia terceros países, como México. 
  3. En el tema laboral, el apoyo a los demócratas por parte de la gran central sindical AFL-CIO podría favorecer el cumplimiento de las nuevas leyes mexicanas y por ende a una democratización en el mundo del trabajo en nuestro país. 
  4. En el tema fiscal una actitud menos favorable a la acumulación de privilegios y exenciones en favor de los grandes capitales, lo que podría desincentivar fugas de capitales desde México. 
  5. En seguridad, aún no sabemos los cambios por venir en el combate a las drogas y el perjudicial tráfico de armas hacia México. 

Mientras tanto, el no felicitar a Biden por su triunfo, fue decisión personal del presidente, y se observa que Biden aterriza ya planes para detonarlos desde los primeros días de la nueva administración en la Casa Blanca, planea emprender mediante acuerdos presidenciales que no requieren el aval del Congreso, medidas que impactarán a México, como las siguientes: 

Firmará una orden para retirar los fondos destinados a la construcción del muro fronterizo; cancelará el proceso de derogación sobre el DACA, que beneficia a decenas de miles de jóvenes “soñadores”, muchos de ellos mexicanos, y eliminará el límite de visas para estudiantes internacionales. También, regresará a su país al seno de la OMS, y fortalecerá los programas contra la propagación del Covid-19. 

Apoya una estrategia de programas intensivos de anticonceptivos, y apoyos a madres solteras, contraria a la política de la Ciudad de México, la de los pañuelos verdes, que se basa en la interrupción de los embarazos. 

Quedan en estos resultados dos preocupaciones: 

  1.  70 millones de ciudadanos votaron para mantener en el poder a un hombre que gobernó con la mentira, el bullying, el odio, la ignorancia, el narcisismo, el autoritarismo, y sabiéndolo un gran sector de ciudadanos lo prefieren. Significa que millones de personas han abrazado estos valores o, mejor dicho, la ausencia de ellos. 

  1. Los estadounidenses tendrán que reexaminar el sistema electoral que fue ejemplar a lo largo de dos siglos y que hoy está en problemas. Sorprende que un proceso electoral que puede utilizar adelantos tecnológicos de punta, no resuelva con rapidez la recepción y cómputo de los sufragios. 

Como conclusiones podemos apuntar que en los Estados Unidos las divisiones son tan profundas que muchos de sus ciudadanos definen su identidad política en contraste con los “otros”.  No toleran a quienes tienen visiones diferentes sobre el país, sus problemas, causas y soluciones. 

Para los sociólogos, mientras más polarizado está un país, más difícil es gobernarlo. Las elecciones en Estados Unidos son el más reciente ejemplo de la polarización que está debilitando a las democracias del mundo. 

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jl/I