INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Esto es Jauja

El atroz multihomicidio de 11 personas en La Jauja es un símbolo de la descomposición social en nuestra ciudad, pero también de la impunidad criminal que persiste. 

Es muy doloroso ver cómo las autoridades estatales quitan el rostro a la violencia feroz y prefieren deslizar la responsabilidad al gobierno federal. Con ello, el gobernador y el fiscal les dan la espalda a los jaliscienses. 

Román Ortega publicó en El Occidental la historia de uno de los abatidos el sábado en Tonalá. Su nombre era Guadalupe y tenía 35 años. Vivía con una discapacidad “debido a que cuando tenía 17 años sufrió una caída que obligó a los médicos a quitarle parte del cráneo. Esto le provocó una parálisis en su brazo y pierna izquierda. En febrero pasado tuvo otro accidente que le causó un derrame” en el otro lado y quedó “peor”, relató su madre. 

Guadalupe iba en camino a casa de una tía muy cerca del sitio de la agresión. Al pasar, los albañiles que estaban esperando su raya le pidieron que “les cantara porque sabían que le gustaba”. Entonces llegó una camioneta con los sicarios y sin decir una palabra les dispararon a todos en 138 ocasiones. 

Édgar Flores, reportero de NTR, acudió al sitio del multihomicidio un día después. Una vecina le dijo que “aquí parece tierra de nadie, este hecho sin duda nos robó aún más la tranquilidad. Así de fácil se mata en México y en Jalisco, ahora usted cree que no nos da miedo hasta salir a la tienda”. 

Causa estupor la facilidad con la que Enrique Alfaro pretende desmarcarse. 

En un mensaje publicado el domingo denunció que este delito era del fuero federal: “La lucha contra el crimen organizado es responsabilidad del gobierno federal por disposición constitucional”. 

Sin más detalles, de repente se convirtió en un forense experto y decretó que era el crimen organizado el que cometió la agresión. Gerardo Octavio Solís Gómez salió a hablar del caso dos días después. Sin mayores elementos que el calibre de las armas usadas, afirmó que su principal línea de investigación era que la agresión era del crimen organizado. 

No observaron las causas, ni las razones por las que la mayoría de los asesinados eran albañiles. 

La periodista Evelyn Olvera nos recuerda que van cinco multihomicidios en menos de un mes en Jalisco. El 31 de enero en Ojuelos, con siete muertos; el 10 de febrero, en Tlaquepaque, con cinco; el 17 de febrero, en Guadalajara, con cuatro caídos, y el 18 de febrero fueron cinco asesinados más en un solo hecho en Tlaquepaque. Finalmente lo de La Jauja. 

Nuestra entidad tiene un lúgubre primer lugar en fosas clandestinas y en desaparecidos. También el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses se encuentra rebasado por la cantidad de asesinatos y por una corrupción cada día más extendida en ese organismo. 

El lunes, mientras el presidente decía que había ordenado desde hace un mes un mayor despliegue de tropas a Jalisco, Alfaro afirmaba en una entrevista radiofónica: “Llevo tres meses pidiendo apoyo del gobierno federal para combatir el crimen organizado y no he sentido acompañamiento”. Así la comedia de su coordinación. 

Hay un viejo dicho que reza “¡Esto es Jauja!”. Se le acredita a un reporte del conquistador Francisco Pizarro que dio con una ciudad llamada así, ubicada en el imperio Inca, que era un lugar “idílico y paradisíaco, donde no faltaba de nada y todo eran placeres”. Hay un sentido irónico a tal expresión coloquial en España: “¿Estamos aquí o en Jauja?”. Se usa para reprender una acción o un dicho indecoroso. Como el que sucedió aquí el sábado. 

Hoy La Jauja en Tonalá se ubica en el centro de la geografía del desdén gubernamental ante la violencia. 

Jalisco es La Jauja. 

Twitter: @cabanillas75

jl/I