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Demanda laboral

Todas las habilidades, destrezas, competencias y conocimientos que se requieren para el mercado laboral se deben apropiar en la infancia y la adolescencia, por lo que, de no hacerlo, ahora en nuestra próxima reforma educativa serán estériles los esfuerzos, pues seguiremos formando personas que miran al pasado en lugar de no únicamente observar el futuro, sino transformarlo, predecirlo, prepararlo. 

Los perfiles que demanda el mercado laboral son muy especializados y exigentes. Por ejemplo, hablar mínimo inglés perfectamente y estar certificado. En muchos ecosistemas exigen un tercer idioma como el alemán, el chino o el japonés. Si un niño no empieza hoy a estudiar idiomas no podrá dominarlos en seis años más, pues su capacidad para adquirirlos se habrá fugado. 

Aquí la importancia de empezar a cocinar a nuestros profesionistas a fuego lento para estar a tiempo. Si queremos hacerlo como en olla exprés este alimento para la productividad de nuestro país no se cuece en este dispositivo. Las habilidades empresariales o para el autoempleo se practican desde niños, se desarrollan a base de prueba y error, como si fuera un deporte, cualquiera que sea. Así como nadie aprende a jugar soccer a nivel profesional a los 30 años, tampoco podrá adquirir esa experiencia indispensable para el olfato de hacer negocio. 

Educación financiera y emprendedora desde la niñez es indispensable. Desarrollo tecnológico y científico requiere de un entendimiento innato desde la infancia. Internet en todas las cosas, la nube, interconectividad, metaverso, automatización, robótica, ciberseguridad son sólo algunas asignaturas que ya debieran estar en el programa escolar básico. 

La biología debe tener un papel protagónico en los planes y planes de estudio desde la primaria básica con temas de consciencia sustentable, consideración a todo ser vivo, urbanismo ecológico, generación de alimentos, medicina botánica y alternativa, riesgos de la contaminación ambiental y maneras de enfrentar la crisis ambiental inminente en nuestro hábitat, análisis bioquímico y comportamiento de virus, bacterias para que enfrentar las nuevas enfermedades. 

Otra área que debe incluirse inmediatamente son los temas relacionados con el aeroespacio, el universo, los nuevos elementos químicos de otros planetas, los vehículos automatizados y autónomos. 

Así que la educación universitaria tiene un gran reto y es conectar con la educación básica para preparar a sus universitarios 12 años antes de admitirlos. El reto es que nuestro actual gobierno capte la idea de que el futuro se crea hoy a través de programas educativos vanguardistas con planes a 20 años, como mínimo. 

jl/I