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Quinto Patio

Jalisco se prendió ayer, literalmente. Hubo un momento de la tarde en que se contabilizaron 23 deflagraciones forestales y obligó a movilizar más de mil 200 brigadistas en los frentes más diversos de la geografía estatal. El gobernador Enrique Alfaro quiso salir al paso de un problema que se le complica, y anunció más inversión para la fuerza de combate. Y no está mal, pero a decir verdad, la refundación decepciona: es lo mismo que hicieron sus antecesores, de Emilio González para acá, ser reactivos y no asumir una planeación preventiva que necesariamente lleva a ahorrar recursos, no sólo económicos, sino la destrucción ambiental y, en ocasiones, lamentablemente, vidas humanas.

Bastaría revisar los presupuestos de la Semadet para demostrar lo evidente: con la crisis, la supuesta prioridad ambiental se acaba. Desde la salida de Sergio Graf, la dependencia anda con creciente desorganización y políticas contradictorias y erráticas. La escasa inversión en el manejo del fuego y en áreas naturales protegidas, exhibe que se quieren curar los problemas con discursos. Pero si viene fuego agresivo, el gasto crece y con ello, el espectáculo. La triste realidad de la política cortoplacista.

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El gobernador y Movimiento Ciudadano (MC) desactivaron a Morena y Hagamos para sacar adelante temas naranjas, como negociar un nuevo convenio fiscal con la Federación y la creación de un SAT local. Convencieron a los diputados y los alinearon para que en la sesión del pleno avalaran y alabaran sus propuestas, cuando antes las habían cuestionado. Morena ni se molestó en argumentar por qué votó a favor, y Hagamos lo minimizó al señalar que avaló porque tomaron en cuenta sus propuestas. Ahora sí, ni un ápice de duda les quedó.

La única opositora fue la diputada de Futuro, Susana de la Rosa, quien recordó que cuando organizaron la consulta pública no la pasó, porque fue desairada, y que no se ha dicho cuáles son las repercusiones y los riesgos. La que mejor se ¿escondió?, fue la morenista María Padilla, quien no avalaba la postura de la fracción y se ausentó y, para variar, otro morenista, Tomás Vázquez, dejó el Congreso cuando se hizo tarde, como siempre lo hace.

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Lo que también sorprendió en la sesión fueron las palabras a-ma-bles y hasta el re-co-no-ci-mien-to de la otrora irreverente, la diputada de Hagamos y ex rectora del CUAltos Mara Robles, al coordinador parlamentario de MC, Quirino Velázquez. ¡Quihúbole! Total, ya hicieron las paces, ya hay acuerdos y ya se acabó la oposición universitaria… mientras no haya un tema que incomode a la UdeG; aunque en la palabrería aseguren que no es así...

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Los diputados reconocieron a la Mesa Directiva que ayer tuvo su primera sesión de pleno, porque empezó puntual. La presidente Hortensia Noroña busca ser firme en los horarios y el ritmo de la sesión. Incluso, con el tejido fino de hablar antes con los manifestantes rijosos de la verificación vehicular, para que no impidieran otra vez el ingreso, como ocurrió con su anterior protesta. A cambio prometió un foro para hablar del tema.

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El mensaje político del rector general de la UdeG, Ricardo Villanueva, en su cuarto informe de actividades: “Entiendo perfectamente que dialogar no es claudicar, que apertura no es sometimiento, que prudencia no es cobardía. Vamos al diálogo, pero no cederemos ni un milímetro de dignidad, ni un milímetro de autonomía”.

El representante del mandatario estatal y aguantador en terreno universitario, el secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza.

El alcalde invitado al presídium: Juan José Frangie, de Zapopan.

El recordado con un minuto de aplausos que ayer cumpliría 69 años: el fallecido ex rector Raúl Padilla.

El ausente que nadie extrañó: el gobernador Enrique Alfaro.

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jl/I