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Las mujeres trabajamos más

Resulta imperativo visibilizar el derecho al cuidado en las políticas públicas del Estado y contar con un sistema nacional de cuidados que haga efectivo este derecho. Según datos del Inegi 2021, el trabajo doméstico no remunerado equivale a 27.6 por ciento del PIB. De acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias 2022, las mujeres sostienen 75 por ciento del cuidado no remunerado en México. En este mismo rubro, México Cómo Vamos 2021 refiere que las mujeres dedican 43 horas semanales en promedio a tareas del hogar y cuidado no remunerado; esto representa 2.3 veces más que los hombres.

En el país más de 2.3 millones de mujeres trabajan en casas particulares limpiando y cuidando de otras personas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación. Las mujeres muestran interés por trabajar, pero en sus hogares no hay nadie que pueda cuidar a la niñez, personas enfermas o personas adultas mayores o hay algún miembro que les prohíbe trabajar, esta cifra para los hombres se reduce a 444 mil.

Por primera vez en la historia en México, Inegi realizó una encuesta (Enasic 2022) que se enfoca en saber cómo y quién realizó los trabajos de cuidado en nuestro país, conceptualizado a los cuidados como las actividades específicas que realizan las personas para atender, asistir, acompañar, vigilar y brindar apoyo a las y los integrantes del hogar o a otras personas, con la finalidad de buscar su bienestar físico y la satisfacción de sus necesidades básicas.

La Enasic mostró que en México 31.7 millones de personas mexicanas brindaron cuidados, de los cuales 75.1 por ciento fueron mujeres y el restante fueron labores de cuidados otorgados por los hombres. En este mismo sentido la carga de cuidados hace que casi cuatro de cada 10 mujeres sientan cansancio, 31.7 de las ellas aseguró que disminuye su tiempo de sueño; 22.7 sintió irritabilidad; 16.3 depresión y 12.7 vio afectada su salud física.

Ante estos alarmantes datos resulta urgente la creación de un sistema de cuidados, debido a que en México estos trabajos no remunerados recaen de manera desproporcionada sobre las mujeres y las niñas, generando desigualdades entre mujeres y hombres en el mercado laboral, limitando la posibilidad de las mujeres para incorporarse al mercado laboral, así como acceder a la educación y participar en la vida pública y política; y restringen su acceso a la cultura, el arte, el deporte, incluso al esparcimiento.

De acuerdo con ONU Mujeres, avanzar hacia sistemas integrales de cuidados es clave para garantizar el derecho al cuidado de todas las personas que lo necesiten a lo largo del ciclo de vida y el derecho de las personas que cuidan, para que tengan condiciones de trabajo dignas. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo contar un sistema nacional de cuidados generaría 280 millones de trabajos para 2030 en todo el mundo.

En cuanto a la necesidad de legislar en la materia, en 2020 la Cámara de Diputados aprobó una reforma para reconocer en la Constitución el derecho a cuidar y a recibir cuidados; también se establece que las mujeres deben gozar de tiempo libre y ordena la creación de una ley que regule un sistema nacional de cuidados.

Los puntos claves de un sistema de cuidados son: una red extendida de guarderías públicas, reconocimiento de la labor a la persona cuidadora, distribución equitativa de los cuidados y generar un mercado laboral remunerado, que incluya seguridad social para las personas cuidadoras.

A nivel mundial existen países que llevan ya muchos años implementando el sistema nacional de cuidados, como Uruguay, Costa Rica, Colombia, Chile, Paraguay, República Dominicana y España.

México puede saldar la deuda histórica, garantizar derechos y cerrar brechas de desigualdad con la implementación de un sistema de cuidados eficiente. Este es uno de los temas pendientes en materia de género y derechos humanos.

*Doctora en Derecho

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jl/I