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245 años de Baily

Son característica de los eclipses totales las perlas o granos de Baily, que se ven en el momento en que el disco de la Luna cubre la última tira sutil de Sol; se deben a la irregularidad del borde lunar y parecen granos centelleantes

R. Newton Mayall, Margaret Mayall, Jerome Wyckoff; Observación del cielo, Ed. Daimon, Barcelona (1971), p. 71

Quienes tuvimos el privilegio de observar uno de los eclipses totales de Sol de mayor duración en la centuria pasada (11 de julio de 1991) recordamos que junto con el fenómeno descrito en la cita inicial de este artículo también apreciamos unas espectaculares llamaradas solares; en la entrada correspondiente a “granos de Baily” de su indispensable Diccionario de astronomía (FCE, México 1999, pp. 145-146) la astrónoma cubana Isabel Ferro Ramos nos aclara que: “Este fenómeno fue observado antes por S. Williams que por F. Baily, quien lo dio a conocer en 1836”, y si consultamos la nota que describe lo descubierto por quien nació un 28 de abril de 1774 en Newbury, Berkshire, Inglaterra en el Boletín de la Royal Astronomical Society (RAS) (Vol. IV, N. 2, Dec. 9, 1836, p. 16) nos dice que observó: “Una fila de puntos lúcidos, como una cadena de cuentas, de tamaño irregular y distancia entre sí, se forman de repente alrededor de esa parte de la circunferencia de la luna que estaba a punto de entrar en el disco del sol”.

Si bien es recordado por esto, su biógrafo Jean-Pierre Luminet –quien además es ameno novelista de cuestiones de ciencia– nos precisa que las más importantes contribuciones de Baily a la Astronomía son los recálculos y republicaciones de importantes catálogos estelares, así como la determinación de la elipticidad y densidad de la Tierra (Biographical encyclopedia of astronomers, Springer, New York 2007, P. 84).

De corredor de bolsa a astrónomo

Nos dice Luminet que Baily inició a los 14 años como aprendiz de una firma mercantil y que después de algunas exploraciones en América se estableció como exitoso corredor de bolsa reconocido por la precisión de sus cálculos actuariales; retirado en 1825 de sus actividades bursátiles con una prominente fortuna se dedicó a la astronomía al grado de ser vicepresidente de la RAS y reconocido con la medalla de oro de la misma.

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EH/I