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130 años de Öpik

Öpik hizo muchas contribuciones al conocimiento de los planetas y los cuerpos menores del Sistema Solar. Anticipó la naturaleza desértica de Venus, y su predicción de cráteres en Marte fue confirmada 15 años después por sondas planetarias

Ian Elliott, ‘Biographical Encyclopedia of Astronomers’, Springer, New York-Heidelberg-Dordrecht-London (2014), p. 1620

 

Nacido el 10 de octubre (Viejo Sistema, correspondiente al 22 de octubre en el calendario gregoriano) en Kunda, Kreis Wierland, Gobernación de Estonia del Imperio ruso, Ernst Julius Öpik desarrolló una prolífica carrera e hizo importantes aportaciones en diversos campos de la astrofísica.

Recibió su formación profesional en la Universidad Imperial de Moscú, donde se gradúa con honores en 1916; durante cuatro años labora en el observatorio de dicha ciudad hasta que es nombrado jefe del Departamento de Astronomía en Tashkent (actual Uzbekistán), según refiere la nota biográfica de él publicada en la página del observatorio irlandés de Armagh (https://www.armagh.space/), institución donde laboró de 1948 hasta su retiro, en 1981, aunque siguió fungiendo como editor asociado de la revista Irish Astronomical Journal.

En la Universidad de Tartu, en su natal Estonia, es nombrado profesor asociado y ahí logra el doctorado con una tesis sobre observaciones de meteoros, tema del cual publicó en 1932 un artículo en el que investiga la estabilidad dinámica de un sistema conformado por una gran nube de cometas y meteoros ligados gravitacionalmente al Sistema Solar. Ello es el antecedente a lo que ahora conocemos como la nube de Öpik-Oort, la “cáscara” esférica de cometas ubicada mucho más allá del cinturón de Kuiper, otro reservorio de cometas, descrita en los 50 del siglo pasado por el astrónomo holandés Jan Oort.

Öpik, durante sus estudios universitarios en Moscú, escribe un artículo donde analiza las densidades de 40 binarias visuales, sistemas de dos estrellas de los cuales es posible conocer sus características a partir del estudio de sus brillos superficiales y la dinámica de rotación del sistema; el resultado por él encontrado para el caso de 40 Eridani B fue una densidad 25 mil veces superior a la del Sol, considerando esto imposible. Eso fue en el año de 1916, el mismo en que el astrofísico alemán Karl Schwarzschild formula el modelo teórico de un hoyo negro desde la Teoría de la Relatividad.

Otra de sus muy importantes aportaciones fue el método para medir la distancia a otras galaxias mucho antes de que se tuviera la clara consciencia de que se trataba de conjuntos enorme de estrellas; la estimación por él hecha de la distancia a la Nebulosa de Andrómeda en 1921 son comparables a los de otros métodos usados en la actualidad.

Nos menciona su biógrafo, el doctor Ian Elliott, que también fue un logrado músico aficionado, ejecutante y compositor; dejó más de 3 mil piezas para piano y obras corales. Entre sus reconocimientos fue electo miembro de la Royal Astronomical Society de Inglaterra, en 1949.

X: @durrutydealba

jl/I